Kelly, de 55 años, fue condenado el pasado septiembre en un tribunal federal de Brooklyn tras un juicio de 5 semanas y media que amplió las acusaciones que habían perseguido al cantante del éxito ganador del Grammy "I Believe I Can Fly" desde principios de la década de 2000.

Kelly, cuyo nombre real es Robert Sylvester Kelly, se encuentra entre las personas más prominentes condenadas por conducta sexual indebida durante el movimiento #MeToo contra este tipo de conductas por parte de hombres prominentes. Ha negado repetidamente las acusaciones de abuso sexual.

La jueza de distrito de Estados Unidos Ann Donnelly tiene previsto dictar sentencia contra Kelly en una audiencia que comenzará a las 10:30 a.m. EDT (1430 GMT).

Los fiscales dijeron que Kelly debería pasar más de 25 años en prisión por su condena por cargos de chantaje y ocho cargos de violación de la Ley Mann, que prohíbe el transporte de personas a través de las fronteras estatales para la prostitución. Argumentaron que demostró un "desprecio insensible" por sus víctimas y no mostró ningún remordimiento.

Los abogados de Kelly dijeron que no merece más de 10 años, el mínimo obligatorio, argumentando que su historia como niño abusado puede haber conducido a su "hipersexualidad" adulta y que ya no representa un riesgo.

En el juicio, varias de sus víctimas de abusos testificaron sobre cómo Kelly exigía a sus víctimas que obedecieran estrictamente reglas como necesitar su permiso para comer o ir al baño, llamarle "papá" y escribir "cartas de disculpa" que pretendían absolverle de sus actos ilícitos.

Kelly también se enfrenta a cargos federales en Chicago por pornografía infantil y obstrucción, y a cargos estatales en Illinois y Minnesota.