El diferencial entre el LME Cash (al contado) y el LME a 3 meses (futuro) es muy estrecho, lo que sugiere una oferta abundante a corto plazo, pero suscita inquietud por un posible estrangulamiento de la oferta en el futuro.
Fuente: Bloomberg
La demanda china, factor clave para el cobre, se ha revisado a la baja tras considerarse insuficientes las medidas de estímulo. Sin embargo, aún se espera que la demanda crezca un 3,9% este año.
Al mismo tiempo, la subida de los tipos de interés también influye en el mercado, lo que lleva a los operadores a decantarse por los contratos de futuros. La perspectiva de una reducción de la oferta mundial de cobre, con una caída prevista de 1 millón de toneladas de aquí a 2024, y las dificultades a las que se enfrentan las fundiciones de cobre, que luchan por un suministro limitado, podrían provocar una subida de los precios.
Goldman Sachs prevé que los precios del cobre alcancen los 10.000 dólares por tonelada a finales de año, debido a la demanda china y a las limitaciones de la oferta.
Los inversores que se plantean invertir en cobre tienen dos opciones principales: ETF especializados en cobre o acciones de empresas relacionadas con el cobre. Cada opción tiene sus ventajas e inconvenientes.
Los ETF del cobre (por ejemplo,WisdomTree Copper, que sigue el Bloomberg Copper Index) ofrecen una exposición directa al precio del metal y son una forma sencilla de beneficiarse de la subida de los precios sin tener que gestionar acciones individuales. Sin embargo, también pueden verse afectados por las comisiones de gestión y no siempre reflejan perfectamente los movimientos del precio del cobre.
Por otro lado, invertir en acciones de empresas mineras o de fundición de cobre puede ofrecer un mayor apalancamiento si estas empresas están bien gestionadas y posicionadas para capitalizar la subida de los precios del cobre. Sin embargo, esto también requiere un análisis exhaustivo de los fundamentos de la empresa, su gestión de costes y su capacidad para sortear el entorno normativo.
En un escenario en el que la demanda de cobre sigue creciendo, sobre todo para aplicaciones de transición energética, y la oferta sigue siendo limitada, las empresas mineras bien posicionadas para aumentar la producción podrían ser inversiones acertadas.
Empresas como Southern Copper Corporation (SCCO), Freeport-McMoRan (FCX) y BHP Group (BHP) podrían beneficiarse de esta tendencia. Por otra parte, si los temores a una contracción de la oferta no se materializan y la demanda se ralentiza, los precios del cobre podrían estancarse o caer, haciendo menos atractiva la inversión en valores mineros.
Invertir en cobre a su precio actual puede tener sentido, dadas las previsiones de compresión de la oferta y la creciente demanda vinculada a la transición energética. Sin embargo, los inversores deben sopesar cuidadosamente los riesgos. Muchas de estas noticias ya han sido anticipadas por los pesos pesados del mercado. El mercado del cobre, como todos los metales industriales, es cíclico.