Petro, el primer presidente de izquierdas de Colombia, se ha burlado durante mucho tiempo de la guerra global contra las drogas como un fracaso, e incluso utilizó su discurso de investidura en agosto para pedir una nueva estrategia internacional para luchar contra el narcotráfico.

"Desde mi herida América Latina, les exijo que pongan fin a la irracional guerra contra las drogas", dijo Petro, al tiempo que llamó a la comunidad latinoamericana en general a unirse para derrotar aquello "que atormenta nuestro cuerpo".

El narcotráfico y la guerra contra las drogas son los principales responsables del conflicto armado en Colombia, según un informe de la comisión de la verdad del país, que se estableció como parte de un acuerdo de paz de 2016 con la ahora desmovilizada guerrilla de las FARC.

El país sudamericano, considerado el principal productor de cocaína del mundo, recibe frecuentes presiones de su principal aliado, Estados Unidos, para que reduzca su producción.

En julio, la Oficina de Política Nacional para el Control de las Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca informó de que la producción potencial de cocaína de Colombia se redujo a 972 toneladas en 2021, frente a las 994 toneladas del año anterior.

La superficie de Colombia ocupada por los cultivos de coca, el principal ingrediente de la cocaína, también disminuyó el año pasado a 234.000 hectáreas (578.227 acres), frente a las 245.000 hectáreas de 2020, dijo la ONDCP.

Petro, que también ha prometido alejar a Colombia de su dependencia de las exportaciones de hidrocarburos, también criticó la adicción mundial al petróleo y al carbón, y añadió que los esfuerzos para detener el calentamiento global no estaban funcionando.

"La lucha contra la crisis climática ha fracasado", dijo.