El gigante petrolero estatal angoleño Sonangol registró una pérdida neta de 4.100 millones de dólares en 2020, ya que la pandemia del COVID-19 ahogó las ventas y la empresa se esfuerza por aligerar su gran deuda con la venta de activos, según sus resultados anuales publicados esta semana.

La empresa es el motor de la economía angoleña y es fundamental para que el Estado saque a su población de la pobreza y alivie la enorme deuda del país con China y otros prestamistas.

El pasivo total de Sonangol se situó en 26.800 millones de dólares a finales de 2020, utilizando el tipo de cambio medio oficial del año, mientras que sólo los reembolsos de la deuda le costaron 2.000 millones de dólares, según los resultados anuales de 238 páginas.

La empresa contrató dos nuevos préstamos bancarios por un total de 1.500 millones de dólares en 2020, mientras que este año se acordó otro por 850 millones de dólares con opción a pedir otros 450 millones.

Sonangol dijo que las deudas con las compañías petroleras occidentales que operan sus yacimientos no se reflejaban en sus resultados. Dichos pasivos podrían ascender a unos 1.000 millones de dólares, según dijeron anteriormente fuentes a Reuters, aunque la empresa no ha comentado esa cifra.

La compañía dijo que el decepcionante rendimiento en 2020 fue "el resultado de la drástica reducción de los ingresos por las ventas de crudo" debido a la pandemia, a pesar de que la producción anual de petróleo angoleño fue ligeramente superior a la de 2019.

Citó un exceso de petróleo a nivel mundial, ya que las restricciones a los viajes golpearon la demanda, así como una compra más débil por parte de su principal cliente, China.

Incluso antes de la pandemia, en 2019, Sonangol no registró beneficios de su negocio principal de petróleo en y sólo un modesto beneficio global de 125 millones de dólares.

La compañía anunció en junio la venta de participaciones en ocho bloques petroleros emblemáticos en alta mar para ayudar a aliviar la deuda, pero no se ha anunciado ningún comprador.

Sonangol ha avanzado poco en sus planes de privatización de los aspectos no esenciales de sus negocios, que han culminado con la salida a bolsa de una participación del 30% de la propia empresa. Este año vendió a Trafigura su deficitario brazo comercial Puma Energy por 600 millones de dólares.

(Reportaje de Noah Browning Edición de Pravin Char)