AMMÁN, 1 dic (Reuters) - El líder del Estado Islámico, Abu al-Hassan al-Hashemi al-Quraishi, que murió a mediados de octubre en Siria, se inmoló después de que él y sus colaboradores fueran rodeados por combatientes locales en la ciudad de Jasim, dijeron a Reuters combatientes que participaron en el enfrentamiento.

El ejército estadounidense dijo el miércoles que murió en una operación llevada a cabo por el rebelde Ejército Libre Sirio en la provincia sureña de Deraa.

La provincia quedó bajo el control del ejército sirio tras los acuerdos de reconciliación con mediación rusa en 2018 que devolvieron el control del sur de Siria a Damasco.

Quraishi y sus colaboradores habían sido descubiertos en un escondite secreto en una casa, dijeron las fuentes, entre las que se encontraban combatientes del Ejército Libre Sirio, familiares de compañeros que murieron en el enfrentamiento y residentes de Jasim.

"El líder y un compañero se inmolaron con cinturones suicidas después de que nuestros combatientes consiguieran asaltar su escondite", dijo Salem al Horani, residente de Jasim y antiguo combatiente que participó en el asedio de las tres casas donde se descubrió la célula de Estado Islámico.

El Ejército Libre Sirio había recibido el respaldo de Occidente y de los países del golfo Pérsico hasta que le retiraron el apoyo en 2018, pero sus combatientes permanecieron en la zona tras los acuerdos de reconciliación en virtud de los cuales entregaron las armas pesadas, pero se les permitió conservar las ligeras.

Estado Islámico eligió a Abu al-Hussein al-Husseini al-Quraishi como su nuevo líder, dijo un portavoz del grupo en una grabación. No ofreció más detalles sobre el nuevo líder.

El portavoz dijo que Quraishi fue asesinado mientras "luchaba contra los enemigos de Dios", sin dar más detalles.

Estado Islámico surgió del caos de la guerra civil en el vecino Irak y se apoderó de vastas franjas de Irak y Siria en 2014. El antiguo líder del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró ese año un califato islámico desde una mezquita en la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, y se proclamó califa de todos los musulmanes.

El brutal dominio de Estado Islámico, durante el cual provocó miles de ejecuciones y muertes en nombre de su restringida interpretación del Islam, llegó a su fin en Mosul cuando las fuerzas iraquíes e internacionales derrotaron al grupo allí en 2017.

Luego perdió su último trozo de territorio en la vecina Siria en la primavera de 2019, pero mantiene células durmientes en varias provincias que perpetran atentados.

(Información de Suleiman Al-Khalidi; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)