Acostumbrados a un mercado alcista continuo en una pendiente pronunciada, los inversores parecen olvidar que las correcciones son y seguirán siendo habituales en el futuro. La lógica a largo plazo del buen padre cambia bruscamente para los nuevos inversores que acaban de entrar en los mercados en 2021. Y en estos momentos de corrección, tienden a convertirse, como los hombres lobo bajo la luna llena, en especuladores ansiosos e impacientes. 

Un retroceso tan brusco plantea una cuestión de actualidad para los inversores: ¿es una señal de que se avecinan nuevos descensos? O es un buen momento para comprar acciones. La respuesta a esta pregunta es contradictoria pero complementaria. Sí, se producirán caídas y sí, "el mejor momento para comprar siempre es ahora", nos recuerda Warren Buffet, quien cree que para tener éxito a largo plazo en los mercados, "no se trata de la sincronización en el mercado, sino del tiempo que se pasa en los mercados".

Si se ha fijado un horizonte temporal largo, manténgalo incluso en los mercados bajistas. Intentar "cronometrar" el mercado o predecir su próximo movimiento no es una forma inteligente de invertir. El mercado no sólo ha demostrado ser históricamente muy imprevisible, sino que tel hecho de tratar de hacerlo distrae a los inversores del objetivo de la inversión: identificar oportunidades y aprovechar la posible revalorización del precio de las acciones a largo plazo. 

Otro famoso inversor, Peter Lynch, llegó a advertir de los peligros de la sincronización de la comercialización, sugiriendo que provocaría pérdidas en la cartera. "Los inversores que se preparan para las correcciones o que intentan anticiparse a ellas han perdido mucho más dinero que las propias correcciones", dijo.

A estos dos inversores les ha ido bastante bien, lo que da credibilidad a sus consejos y estrategias de inversión subyacentes. El fondo Magellan de Fidelity tuvo una de las mayores rachas de inversión de 13 años de todos los tiempos cuando Lynch supervisaba sus participaciones. Las acciones de Berkshire Hathaway, el conglomerado de Buffet, crecieron a un ritmo medio del 20% entre 1965 y finales de 2020, lo que supone más del doble de la tasa de crecimiento anual media compuesta del S&P 500, del 10,2% (incluidos los dividendos) durante el mismo periodo.

Cuando el mercado caiga, no vendas... ¡Refuerza!

Y como una imagen suele valer más que mil palabras, vamos a presentar un ejemplo ilustrado de un estudio realizado por la empresa de investigación del corredor de bolsa Charles Schwab. 

Tres carteras invertidas en el índice S&P 500 vinculadas a tres inversores diferentes: Mike, Rubén y Frank. Estos tres inversores consiguen ahorrar el 10% de su mismo salario e invierten este 10% en un seguidor del S&P 500. 

Mike es un inversor que ha experimentado varios mercados bajistas, pero optó por salir del mercado en 2008 para mantenerlo todo en efectivo. Siguió ahorrando el 10% de su salario con la esperanza de recuperar parte de sus pérdidas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprimes), pero no ha vuelto a los mercados desde entonces.

Rubén tiene una actitud ligeramente diferente. Sale del mercado si pierde después de un año de rendimientos negativos. Vuelve a entrar en el mercado si éste repunta en los próximos dos años.

Frank es un inversor disciplinado que invierte su 10% en los mercados todos los meses, sin parar nunca, independientemente de la evolución del índice.

Analicemos su rendimiento tras 40 años de inversión: 

 

Fuente  : Schwab Center For Financial Research.

Para más información sobre el estudio: https://www.schwab.com/resource-center/insights/content/when-markets-dip-dont-drop-out

Frank supera claramente a los otros dos. No trató de "cronometrar" el mercado. 

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Vender a la desesperada siempre supone vender mal. En cambio, los inversores deberían seguir comprando acciones durante semanas de corrección como la que acabamos de vivir. Ahora es un buen momento para comprar acciones, no porque sea probable que las acciones suban a corto plazo, sino simplemente porque el rendimiento esperado a largo plazo de un activo es mayor si se puede comprar a un precio más bajo que a un precio más alto. Intuitivamente, esto tiene sentido: si usted ya estaba interesado en ciertas acciones a precios más altos, deberían ser técnicamente más atractivas a precios más bajos. Al fin y al cabo, ahora cotizan a un precio más bajo que antes. 

En horizontes de más de cinco años, comprar una acción a 60 o 62 euros no supondrá una gran diferencia, y la calidad de su análisis fundamental se verá seguramente recompensada a largo plazo si las perspectivas de la empresa no se deterioran durante el camino. Se trata, pues, de evitar el "timing" en los mercados. Esto no significa que no pueda comprar acciones de manera oportuna. No se trata de la sincronización del mercado. Sólo se trata de ser oportunista (y del tiempo que se pasa en los mercados si ha seguido bien las tendencias). Además de ahorrarle estrés, invertir sin preocuparse de si es el mejor momento le permitirá ganar más en la bolsa. 

Si le tranquiliza, puede mantener parte de su cartera en efectivo para aprovechar las caídas y volver gradualmente a sus posiciones pagando el precio de entrada. Por último, protegerse del sesgo cognitivo y evitar mirar la cuenta 14 veces al día parece ser una garantía de éxito a largo plazo. Recuerda que si tus análisis son correctos, el tiempo es tu mejor amigo y tus emociones tu peor enemigo.