"Se observaron medidas tanto materiales como formales que retroceden en la garantía de derechos reproductivos libres de toda forma de violencia y discriminación", dijo la CIDH en un comunicado.

El Salvador "se destacó", dijo, por las sentencias de 30 y 50 años por homicidio impuestas a dos mujeres el año pasado, a pesar de que activistas de derechos dijeron que sufrieron abortos espontáneos.

El pequeño país centroamericano, que cuenta con algunas de las leyes antiaborto más duras del mundo, prohíbe todas las interrupciones del embarazo, incluso si el embarazo supone un riesgo para la vida de la mujer o es consecuencia de una violación o incesto.

Incluso en los países en los que el aborto es parcialmente legal, la CIDH señaló que las niñas y adolescentes que se quedan embarazadas como consecuencia de una violación o un incesto tienen dificultades para acceder a la atención sanitaria.

En Brasil, Argentina, Colombia y Panamá, los profesionales médicos y jurídicos que ayudaban a facilitar el acceso a los abortos permitidos por las leyes nacionales se enfrentaban a amenazas de acciones legales, según la CIDH.

Aunque muchos estados de Estados Unidos protegen el acceso al aborto, el organismo destacó la anulación de la histórica sentencia Roe contra Wade, que durante casi medio siglo estableció un derecho constitucional al aborto.

La CIDH elogió la despenalización del aborto en Colombia hasta las 24 semanas de gestación el pasado mes de febrero, así como las medidas adoptadas por los estados mexicanos, entre ellos el meridional Quintana Roo, para permitir el aborto dentro de un número determinado de semanas.

El estado de Quintana Roo limita con Guatemala, que ha endurecido los castigos para las mujeres que abortan hasta 25 años de cárcel.