Desde la recuperación posterior a la crisis, la política monetaria ha sido la comidilla de los mercados. Los bancos centrales, principalmente la Fed, están en el corazón del mecanismo financiero. Hacen malabarismos entre la necesidad de combatir la erosión del poder adquisitivo y la de preservar la salud de los mercados financieros. Es una tarea ardua. Las sucesivas subidas de tipos han calmado la inflación reduciendo la demanda de los consumidores. Ahora los inversores se impacientan y quieren que el ascensor vuelva a bajar para poner en marcha la máquina e impulsar el crecimiento.

Esperan cuatro subidas de tipos este año, a partir de la primavera. Pero Jerome Powell no lo ve así. El miércoles pasado declaró: "No creo que sea probable que el comité alcance un nivel de confianza suficiente para la reunión de marzo". Dicho claramente: no tan rápido, amigos míos, habrá bajadas de tipos, pero no mientras la economía funcione mejor de lo esperado. Los últimos datos sobre el empleo en Estados Unidos han sido mucho mejores de lo previsto. Por ello, la Fed intenta calmar el entusiasmo reinante. El domingo, Powell reiteró sus comentarios en el programa de la CBS, dejando claro que la Reserva Federal sólo aplicaría tres recortes de tipos este año, en lugar de cuatro, y que el primero no tendría lugar hasta el verano.

Pero los inversores hacen oídos sordos: siguen contando con una primera bajada de tipos en primavera -en mayo- y la mayoría cree que los tipos bajarán entre cuatro y cinco veces de aquí a finales de año. La herramienta Fedwatch de CME revela que el 52,7% de los financieros sigue esperando un recorte de 25 puntos básicos en ese momento. Para la reunión de la Fed en junio, los inversores son casi unánimes (en un 96,6%), con un 37,6% esperando el primer recorte de tipos en ese momento, un 48,8% apuntando a un recorte de 50 puntos básicos ¡y todavía un 10,1% anticipando -75 puntos básicos! La influencia de Powell entre los inversores parece estar disminuyendo, e incluso se ha ganado el apodo de Tigre de Papel por parte de un analista de Bank of America: un tigre que ya no asusta a nadie.

Dibujo de Amandine Victor para MarketScreener