KIEV, 26 jul (Reuters) - Rusia dijo que reducirá el suministro de gas a Europa a partir del miércoles, en un mazazo a los países que han apoyado a Ucrania, justo cuando había esperanzas de que las presiones económicas pudieran aliviarse después de que Rusia aceptara que Ucrania exportara grano desde los puertos del mar Negro.

Los primeros barcos procedentes de Ucrania podrían zarpar en unos días en virtud de un acuerdo alcanzado el viernes, según Naciones Unidas, a pesar del ataque ruso con misiles al puerto ucraniano de Odesa durante el fin de semana.

El aumento de los costes de la energía y la amenaza del hambre a la que se enfrentan millones de personas en los países más pobres muestran cómo el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que ya ha cumplido seis meses, está teniendo un impacto mucho más allá de Ucrania.

El ejército ucraniano informó el martes de ataques rusos con misiles de crucero en el sur, y de que las fuerzas ucranianas habían alcanzado objetivos enemigos. El Ministerio de Defensa de Rusia no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios fuera del horario laboral.

El presidente Vladimir Putin advirtió a Occidente a principios de este mes que las sanciones podrían desencadenar enormes subidas del precio de la energía a nivel mundial.

El gigante energético ruso Gazprom, citando instrucciones de un organismo de control de la industria, dijo el lunes que los flujos de gas a Alemania a través del gasoducto Nord Stream 1 se reducirían a 33 millones de metros cúbicos por día a partir del miércoles.

Esto supone la mitad de los flujos actuales, que ya son sólo el 40% de la capacidad normal. Antes de la guerra, Europa importaba de Rusia alrededor del 40% de su gas y el 30% de su petróleo.

El Kremlin dice que la interrupción del gas se debe a problemas de mantenimiento y a las sanciones occidentales, mientras que la Unión Europea ha acusado a Rusia de chantaje energético.

Alemania dijo que no veía ninguna razón técnica para la última reducción.

La empresa estatal ucraniana de gasoductos dijo que el gigante ruso del gas, Gazprom, ha aumentado sin previo aviso la presión en un gasoducto que atraviesa Ucrania para suministrar gas ruso a Europa.

Estos picos de presión pueden provocar emergencias, como la rotura de las tuberías, y los operadores de los gasoductos están obligados a informarse mutuamente de ellos con antelación, según la empresa ucraniana. No fue posible contactar inmediatamente con Gazprom para que hiciera comentarios.

Gazprom había calculado que había suministrado 41,7 millones de metros cúbicos (mcm) a través de ese gasoducto el lunes, frente a los 41,2 mcm del día anterior.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió que el Kremlin estaba librando una "guerra abierta del gas" contra Europa.

Los políticos europeos han dicho en repetidas ocasiones que Rusia podría cortar el gas este invierno, una medida que llevaría a Alemania a la recesión y perjudicaría a los consumidores, ya afectados por una inflación galopante.

Moscú dice que no está interesado en una interrupción total del suministro de gas a Europa.

ENVÍOS DE GRANO

Antes de la invasión y las posteriores sanciones, Rusia y Ucrania representaban casi un tercio de las exportaciones mundiales de trigo.

Diplomáticos de Rusia, Turquía, Ucrania y las Naciones Unidas acordaron el viernes que no habría ataques a los buques mercantes que se desplazan por el mar Negro hacia el estrecho del Bósforo en Turquía y hacia los mercados.

Moscú desechó las preocupaciones de que el acuerdo pudiera romperse por un ataque ruso en Odesa el sábado, diciendo que sólo tenía como objetivo la infraestructura militar.

La Casa Blanca dijo que el ataque ponía en duda la credibilidad de Rusia y que estaba vigilando de cerca el cumplimiento de los compromisos.

"También seguiremos explorando activamente otras opciones con la comunidad internacional para aumentar las exportaciones de Ucrania a través de las rutas terrestres", dijo.

La flota rusa del mar Negro ha bloqueado las exportaciones de grano de Ucrania desde la invasión de Moscú el 24 de febrero. Moscú culpa a las sanciones occidentales de frenar sus exportaciones de alimentos y fertilizantes y a Ucrania de minar los accesos a sus puertos.

Según el acuerdo del viernes, los pilotos guiarán a los barcos por canales seguros a través de los campos de minas navales.

Un portavoz del Gobierno ucraniano dijo que esperaba que el primer envío de grano pudiera realizarse desde Chornomorsk esta semana, y que los envíos desde otros puertos se realizaran en dos semanas.

Zelenski insistió en que el comercio se reanudará: "Empezaremos a exportar y dejaremos que los socios se encarguen de la seguridad", dijo.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, de gira por países africanos, dijo que no había barreras para la exportación de grano y que nada en el acuerdo impedía a Moscú atacar la infraestructura militar.

El Kremlin también dijo que las Naciones Unidas debían garantizar el levantamiento de las restricciones a las exportaciones rusas de fertilizantes y otros productos para que el acuerdo sobre los cereales funcionara.

ATAQUES AÉREOS

El Kremlin afirma que está llevando a cabo una "operación militar especial" para desmilitarizar y "desnazificar" Ucrania. Tanto Kiev como los países occidentales dicen que la guerra es un acto de agresión no provocado.

Miles de civiles han muerto y millones han huido durante la guerra. Las descargas de artillería y los ataques aéreos rusos han pulverizado ciudades.

Con las armas occidentales reforzando a los ucranianos, las fuerzas de Putin avanzan lentamente, pero se cree que se preparan para una nueva ofensiva en el este.

Ucrania dijo el lunes que sus fuerzas habían utilizado sistemas de misiles HIMARS suministrados por Estados Unidos para destruir 50 depósitos de munición rusos desde que recibieron las armas el mes pasado.

Rusia no hizo comentarios, pero su Ministerio de Defensa dijo que sus fuerzas habían destruido un depósito de municiones para sistemas HIMARS.

(Información de las oficinas de Reuters; redacción de Costas Pitas; edición de Stephen Coates y Simon Cameron-Moore,traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk)