PEKÍN/SHANGHÁI, 23 dic (Reuters) - China prevé un pico de infecciones por COVID-19 dentro de una semana, según ha declarado un funcionario de sanidad, y las autoridades esperan una carga adicional para el sistema sanitario del país, pese a que están restando importancia a la gravedad de la enfermedad y siguen sin notificar nuevas muertes.

Ante el aumento del brote y las protestas generalizadas contra su régimen de confinamiento y pruebas de "COVID cero", China comenzó a desmantelarlo este mes, convirtiéndose en el último gran país en pasar a convivir con el virus.

Sus medidas de contención habían ralentizado la economía a su tasa de crecimiento más baja en casi medio siglo, atascando las cadenas mundiales de suministro y el comercio. Ante el aumento de las bajas por enfermedad, se esperan más trastornos a corto plazo antes de que la economía se recupere a finales del año que viene.

China notificó menos de 4.000 nuevos casos locales sintomáticos de COVID en todo el país el 22 de diciembre, y ninguna nueva muerte por COVID por tercer día consecutivo. Las autoridades han reducido los criterios para determinar las muertes por COVID, lo que ha suscitado las críticas de muchos expertos en la enfermedad.

El medio de comunicación The Paper, participado por el Gobierno de Shanghái, recogió comentarios de Zhang Wenhong, director del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas, según el cual se espera que China "alcance el pico de infecciones dentro de una semana".

"El pico de infecciones también aumentará la tasa de enfermedades graves, lo que tendrá un cierto impacto en todos nuestros recursos médicos", dijo, que añadió que la ola durará uno o dos meses más a partir de ese momento.

"Debemos mentalizarnos de que la infección es inevitable".

No obstante, Zhang dijo que había visitado residencias de ancianos en los alrededores de Shanghái, observando que el número de ancianos con síntomas graves era bajo.

La preocupación por el impacto a corto plazo de la ola de COVID en China hizo bajar las bolsas de China, Hong Kong y otros países asiáticos. El yuan también se debilitó.

Según la empresa británica de datos sanitarios Airfinity, es probable que en China se produzcan más de un millón de infecciones al día y más de 5.000 muertes diarias, lo que supone un "marcado contraste" con los datos oficiales.

Un hospital de Shanghái ha calculado que la mitad de los 25 millones de habitantes del centro comercial se infectarán a finales de la próxima semana. Expertos consultados afirman que China podría enfrentarse a más de un millón de muertes por COVID el próximo año.

IMPREVISTOS

El brusco cambio de política de China ha pillado desprevenido a un frágil sistema sanitario, por lo que los hospitales necesitan más camas y sangre, las farmacias piden más medicamentos y las autoridades están construyendo clínicas a toda prisa.

Más de una docena de expertos en salud mundial, epidemiólogos, residentes y analistas políticos entrevistados por Reuters señalaron el fracaso a la hora de vacunar a los ancianos y comunicar al público una estrategia de salida, así como la excesiva atención prestada a la erradicación del virus, como causas de la sobrecarga de la infraestructura médica china.

La campaña de vacunación de ancianos iniciada hace tres semanas aún no ha dado sus frutos. La tasa de vacunación general de China supera el 90%, pero la de los adultos que se han vacunado de refuerzo desciende al 57,9%, y al 42,3% en el caso de los mayores de 80 años, según datos del Gobierno.

China gastó mucho en instalaciones de cuarentena y pruebas durante los últimos tres años, en lugar de reforzar los hospitales y clínicas y formar al personal médico, dijeron estas personas.

"Hay una increíble falta de preparación ante la llegada del virus, a pesar de haber recibido (...) amplias advertencias", afirmó Leong Hoe Nam, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Clínica Rophi de Singapur.

La Comisión Nacional de Salud de China no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las críticas.

El país cuenta con nueve vacunas COVID de desarrollo nacional aprobadas para su uso, todas ellas consideradas menos eficaces que las fabricadas en Occidente que utilizan la nueva tecnología de ARNm.

Un cargamento de 11.500 vacunas de ARNm de BioNTech para ciudadanos alemanes en China ha llegado a la embajada alemana en Pekín, según declaró el viernes a Reuters un portavoz de la embajada.

La embajada espera que las primeras dosis se distribuyan "lo antes posible", dijo el portavoz.

SIN DATOS

La Organización Mundial de la Salud no ha recibido datos de China sobre nuevas hospitalizaciones por COVID desde que Pekín abandonó su política de cero COVID. La OMS ha afirmado que las lagunas en los datos podrían deberse a que las autoridades chinas tienen dificultades a la hora de contabilizar los casos.

En un contexto de las crecientes dudas sobre las estadísticas de Pekín, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó el jueves que todos los países, incluida China, deben compartir información sobre sus experiencias con el COVID.

Aunque el COVID hace estragos en China, los residentes que antes se enfrentaban a largos periodos de aislamiento ahora están aprendiendo a vivir con el virus.

El profesor chino Yang Zengdong, cuya familia entera está aislada en su apartamento del centro de Shanghái, levemente enferma de COVID, acoge con satisfacción el cambio de normativa. Hace sólo unas semanas, todos habrían sido enviados a un centro de cuarentena y su edificio habría sido cerrado.

"Cuando pienso en esta situación, mi sensación es simplemente, vaya, somos muy afortunados porque ahora podemos aislarnos en casa", afirma Yang.

"Esta ola es algo que tenemos que afrontar, porque es imposible permanecer cerrados para siempre".

(Reporte de Bernard Orr en Pekín, Casey Hall y David Stanway en Shanghái, Farah Master en Hong Kong y Chen Lin en Singapur; Redacción de Marius Zaharia; editado en español por Tomás Cobos)