Desde que Moscú invadió Ucrania hace un año este mes, la UE ha impuesto sanciones sin precedentes dirigidas a los sectores de defensa y financiero de Rusia, limitando el comercio y poniendo en la lista negra a unas 1.500 personas y entidades consideradas implicadas en el impulso de la guerra.

Pero el bloque aún ha dejado intactos muchos lazos comerciales -incluido el comercio de diamantes de Bélgica con Rusia- y los 27 países de la UE parecen haber agotado en gran medida el margen de sanciones económicas contundentes a las que todos pueden dar su necesaria aprobación.

Por ejemplo, Ucrania ha pedido sanciones dirigidas al sector nuclear ruso, pero Hungría -donde Rusia tiene previsto ampliar la central nuclear de Paks- ya ha dicho que vetaría cualquier medida de este tipo.

"Vemos que el ritmo de las sanciones europeas se ha ralentizado ligeramente, mientras que el Estado terrorista, por el contrario, aumenta su ritmo de adaptación a las sanciones", declaró Zelenskiy en una rueda de prensa junto a la jefa del Ejecutivo comunitario, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de visita en Kiev.

"Merece la pena ponerse al día y arreglar (esto). Creemos que podemos hacerlo".

Von der Leyen dijo que el bloque tendría listo un nuevo paquete de sanciones contra Rusia para el 24 de febrero, aniversario del inicio de la guerra, el mayor conflicto armado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Dijo que el tope del precio del petróleo introducido por la UE y los socios del G7 costaba a Rusia 160 millones de euros al día, y que otro tope -sobre los productos petrolíferos- estaba en camino.

"Estamos haciendo que (el presidente ruso Vladimir) Putin pague por su atroz guerra", declaró en la conferencia de prensa. "Rusia está pagando un precio muy alto, ya que nuestras sanciones están erosionando su economía, haciéndola retroceder una generación".

"Seguiremos aumentando la presión".

Sin embargo, los Estados de la UE aún no se han puesto de acuerdo sobre el tope del precio de los productos petrolíferos, y los halcones de Rusia del bloque, Polonia y los Estados bálticos, presionan para que se establezca un techo más bajo antes del lunes, cuando está previsto que lo apliquen todas las potencias del G7.

La República Checa propuso sanciones tecnológicas más estrictas para limitar aún más la capacidad de Rusia de producir armas y cohetes para la guerra, y el bloque también está trabajando para cerrar lagunas y hacer frente a la evasión de las sanciones, incluso a través de Bielorrusia.