LONDRES, 17 mar (Reuters) - El floreciente mercado de las inversiones sostenibles se enfrenta a un reto este año, ya que cada vez más inversores se resisten a los precios elevados que las acciones alcanzan incluso en el caso de empresas deficitarias, y la recuperación económica gradual tras la pandemia favorece la rentabilidad de los activos energéticos tradicionales.

Alentados por las promesas de los distintos gobiernos de conjugar una recuperación económica con un recorte de las emisiones de carbono, en 2020 se duplicaron los ingresos en fondos que invierten en principios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), hasta alcanzar los 326.000 millones de dólares, según datos de Morningstar.

Sin embargo, esto también ha hecho que el mercado ASG sea uno de los más concurridos, según la última encuesta de inversores de BofA publicada el martes, mientras que la oferta de valores verdes no ha logrado mantenerse a la altura de la demanda.

Emmanuel Cau, jefe de estrategia de renta variable europea de Barclays, advirtió de un "cambio de régimen" si el ciclo se inclina a favor de los sectores de valor moderado, que se benefician de la recuperación económica, alejándose de los activos de calidad y valor más altos, que son más sensibles al aumento de los rendimientos de los bonos.

El año pasado, Cau recortó su recomendación de "sobreponderar" a los valores del sector de servicios públicos ASG y el mes pasado elevó a "sobreponderar" los valores energéticos clásicos, citando el posicionamiento desfavorable de los inversores y la capacidad del sector para capitalizar una recuperación postpandémica.

Aunque la mayoría de los inversores consideran que la tendencia de la inversión sostenible ha llegado para quedarse, se han vuelto prudentes tras la enorme subida de precios.

"Las valoraciones en el sector (sostenible) son significativamente más altas de lo que queremos pagar, por lo que no asignaremos tanto como nos gustaría", dijo Justin Onuekwusi, gestor de fondos de Legal & General Investment Management.

La oferta de activos de energías limpias, por su parte, da señales de estar menos ajustada.

Los datos de Refinitiv indican que la captación de capital por parte de empresas sostenibles ascendió a un total de 6.600 millones de dólares en lo que va de año, lo que supone un aumento del 28% respecto a los niveles de hace un año, aunque sigue siendo sólo el 2,5% de la actividad total.

En el mercado de bonos verdes también hay indicios de un aumento importante de la oferta este año, después de que la escasez del año pasado pusiera de actualidad el llamado "greenium", la prima adicional que los inversores tienen que pagar para asegurarse un bono verde.

Tras las emisiones de bonos verdes del año pasado, cuyas suscripciones se superaron con creces, el banco nórdico SEB predice que este año las ventas de bonos verdes se duplicarán hasta alcanzar los 500.000 millones de dólares. Francia accedió a los mercados verdes el martes, mientras que la Unión Europea y Reino Unido están preparando acuerdos.

La emisión acumulada de bonos verdes, utilizados para financiar proyectos como la energía limpia, superó el billón de dólares en diciembre, según la Climate Bonds Initiative, aunque el BBVA estima que esta cifra representa menos del 1% del mercado mundial de bonos.

El desequilibrio entre la oferta y la demanda ha sido tan acusado que el valor de mercado del promotor de energías renovables EDPR subió en enero por encima del de su matriz EDP.

El panorama, dice el gestor de cartera senior de NN Investment Partners, Oskar Tijs, se caracteriza por un estado de euforia.

"Las empresas, que en muchos casos han quedado rezagadas durante años porque sus beneficios eran bajos o negativos, han cumplido. (...) Los movimientos de fondos han sido tan pronunciados que, en algunos casos, cabe preguntarse si siguen siendo razonables", dijo Tijs.

DIFÍCIL DE SOSTENER

En el punto álgido del año pasado, más del 80% de los índices de acciones sostenibles superaron a sus homólogos no relacionados con los criterios ASG, según estimaciones del Instituto de Finanzas Internacionales.

El aumento de los precios hizo que el múltiplo de ganancias a un año de una cesta de 35 valores ecológicos aumentara 24 puntos en el último año, según un análisis de Morgan Stanley. En el caso de los valores no sostenibles, aumentó dos puntos.

Sin embargo, los datos de Refinitiv IBES que se remontan a 2016 muestran que dos de los valores sostenibles que mayor rendimiento tuvieron el año pasado -los fabricantes de baterías Plug Power y FuelCell Energy- nunca han obtenido beneficios y no se espera que lo hagan en años.

El fabricante de automóviles Tesla obtuvo su primer resultado positivo en 2020 y la empresa de energía solar Enphase ha sido rentable durante dos años.

Con todo, estas acciones han subido entre un 400% y un 1000% en el último año.

Sharon Bentley-Hamlyn, directora de inversiones de Aubrey Capital Management, tiene invertido entre un 2% y un 3% de su cartera en energía verde.

"Nos encantaría tener más, pero es difícil encontrar valores que cumplan los criterios de valoración. Nos gusta comprar a un ratio PEG de 1,5 veces o menos, pero muchos de ellos cotizan cerca de 2 veces", dijo, refiriéndose a la métrica que mide el precio de la acción, los beneficios y las perspectivas de crecimiento futuro.

"No quieres apostarlo todo en este tipo de empresas que todavía son deficitarias".

EL LOCO 'GREENIUM'

Los inversores suelen tener que pagar más por los bonos verdes, especialmente en sectores en los que estas emisiones son escasas, y el llamado "greenium" se aplica incluso cuando un bono verde tiene un vencimiento más tardío que las emisiones convencionales.

El bono verde de 2026 de la empresa holandesa de correos PostNL ofrece 41 puntos básicos sobre los swap (una medida del riesgo crediticio de un bono), 5 puntos básicos menos que un bono convencional que vence dos años antes.

La emisión verde de Daimler para 2030 rinde 10 puntos básicos menos que un bono convencional que vence ese mismo año.

"Esto es una locura. Si te mueves a lo largo de la curva, asumes más riesgo y te pagan menos", dijo Shanawaz Bhimji, estratega sénior de renta fija de ABN AMRO.

Los emisores de bonos verdes del mercado de inversión en euros concedieron el año pasado una "prima de nueva emisión" media de 8 puntos básicos, según estimaciones de ABN AMRO, menos de la mitad de la prima que se pagó en el conjunto del mercado.

Aun así, la demanda de los inversores en bonos verdes superó la emisión 5,5 veces de media en 2020, frente a las cuatro veces de los bonos ordinarios, según ABN.

A pesar de la precaución creciente, el director de los mercados de capitales de renta variable para la región EMEA de BofA, James Palmer, considera que los desajustes entre la oferta y la demanda seguirán respaldando los precios durante un tiempo.

Palmer está discutiendo actualmente con empresas que poseen actividades sostenibles para ver "si pueden y deben separarlas para conseguir las valoraciones que el mercado está dispuesto a pagar".

(Información de Joice Alves y Yoruk Bahceli; editado por Sujata Rao y Barbara Lewis; traducido por Flora Gómez en la redacción de Gdansk)