Este año, el yen se ha desplomado frente al billete verde y otros pares importantes, ya que el Banco de Japón (BOJ) se aferró resueltamente a su política monetaria ultra-doble, en contraste con un número creciente de bancos centrales cada vez más halcones en el extranjero.

La debilidad de la divisa se debe principalmente a la ampliación de los diferenciales de los tipos de interés entre Japón y el resto del mundo.

En la encuesta del 1 al 6 de julio, la mediana de las previsiones era que la moneda japonesa se fortaleciera hasta los 131 por dólar dentro de seis meses, frente a los 126,84 de las previsiones del mes pasado, lo que significa que se mantendría más débil que el nivel de 130 yenes por dólar.

La semana pasada, la moneda japonesa alcanzó su nivel más débil frente al dólar desde 1998, al situarse en 137.

Siete de los 61 encuestados prevén que el yen se sitúe en un nivel más débil que ese dentro de seis meses, incluidos cuatro que prevén que se sitúe en 140.

A pesar de la rápida caída del yen este año -ha perdido cerca de un 15% frente al dólar-, es poco probable que Japón intervenga en el mercado de divisas para detener su caída, según el 45% de los 22 encuestados.

"El Banco de Japón probablemente se verá obligado a abandonar la política de control de la curva de rendimiento en los próximos meses si el yen se deprecia aún más. Sin embargo, la intervención directa parece poco probable", dijo Roberto Cobo García, jefe de estrategia de divisas del BBVA.

Algunos agentes del mercado han especulado con la posibilidad de que el país lleve a cabo una intervención de compra de yenes para detener las fuertes caídas de la divisa, después de que las autoridades intensificaran sus advertencias sobre sus fuertes descensos.

Aunque el Banco de Japón ha rechazado firmemente la idea de ajustar su política ante las caídas del yen, algunos estrategas dijeron que sería el banco central, y no el gobierno, el que actuaría primero si las autoridades tuvieran que actuar en respuesta a sus descensos.

"Los funcionarios japoneses han estado expresando su preocupación por la debilidad del yen, y el Banco de Japón destacó que una rápida depreciación del yen tiene un impacto negativo en la economía", dijo Khoon Goh, jefe de investigación de Asia en el Banco ANZ.

"En este momento, la debilidad del yen no es suficiente para que el BOJ cambie su postura de política monetaria, pero si se produce un impulso hacia 140-150, la situación podría cambiar".

Diez de los 22 encuestados dijeron que Japón no intervendría.

Esto se compara con seis encuestados que predijeron una intervención en el nivel de 140 yenes por dólar, y cuatro que eligieron 145 como el nivel de activación probable. Uno seleccionó 150 como el tipo de cambio dólar/yen en el que Japón intervendría, mientras que otro dijo 155 o más débil.

La última vez que las autoridades intervinieron para apuntalar el yen fue en 1998.

(Para ver otros artículos de la encuesta sobre divisas de julio de Reuters:)