La empresa ha estado luchando para satisfacer la elevada demanda de los medicamentos Trulicity y Mounjaro, especialmente debido a la producción de múltiples formas de dosificación para cada uno de ellos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. añadió el mes pasado ambos nombres a su lista de medicamentos que sufren escasez.

La empresa ya tenía planes para duplicar este año la capacidad de producción de incretinas, la clase de fármacos para la diabetes a la que pertenecen Trulicity y Mounjaro.

"Vamos por buen camino para alcanzar el objetivo que compartimos en noviembre de 2022 de duplicar la capacidad de incretinas para finales de este año, pero esta inversión es clave para garantizar que aún más pacientes tengan acceso a los medicamentos que necesitan en el futuro", declaró en un comunicado Edgardo Hernández, presidente de las operaciones de fabricación de Lilly.

Desde 2020, el fabricante de medicamentos ha comprometido alrededor de 4.000 millones de dólares en nuevas instalaciones de fabricación en Carolina del Norte, incluidos 1.700 millones de dólares para el desarrollo y la ampliación de su centro en Research Triangle Park.

Trulicity registró unas ventas de 5.500 millones de dólares el año pasado hasta el 30 de septiembre, pero la empresa y los inversores han puesto sus esperanzas en Mounjaro para impulsar el crecimiento futuro.

Mounjaro fue aprobado para la diabetes en mayo del año pasado, y la empresa prevé que este año obtenga el visto bueno para la obesidad, un mercado aún mayor.

Un medicamento rival contra la obesidad, Wegovy, de Novo Nordisk, también se ha enfrentado a problemas de suministro, y la farmacéutica danesa también está trabajando para aumentar su capacidad de fabricación.