El llamamiento se produce tras el robo la semana pasada de unas 500 onzas de oro por un valor equivalente a un millón de dólares en las instalaciones de una empresa, además de los intentos de robo de camiones de cobre y de un tren que transportaba cátodos de cobre, según la Sociedad Nacional de Minería (Sonami).

"Esperamos que los niveles de delincuencia, que se han incrementado en el país en el último tiempo, no nos afecten directamente y que las diferentes operaciones puedan seguir operando sin poner en riesgo a sus trabajadores", dijo el presidente de Sonami, Diego Hernández, en un comunicado.

"Es clave que la autoridad adopte las medidas necesarias para garantizar la seguridad en las operaciones mineras y el transporte de cargamentos de cobre y otros minerales", agregó.

En los últimos meses ha aumentado la preocupación por el aumento de la delincuencia en el norte del país, que también se ve afectado por una crisis migratoria irregular y que incluso ha llevado a las autoridades locales a pedir al gobierno que declare el estado de emergencia.

El gobierno ha puesto en marcha un plan para aumentar la presencia policial y la vigilancia en la región norte, que cuenta con amplias zonas despobladas debido a su ubicación en medio del desierto de Atacama, el más árido del mundo.

La industria minera local lleva años denunciando el robo de productos como el cobre por parte de bandas organizadas, y la policía ha informado de varias operaciones en las que se han recuperado toneladas de mineral de cobre procedentes de robos.

En las redes sociales han circulado fotos y vídeos de desconocidos arrojando placas de cobre desde los trenes que transportan el metal rojizo en medio de la árida región del norte de la nación sudamericana.

Ni la PDI ni la Sonami dispusieron inmediatamente de cifras sobre el alcance de los delitos.