Por David Harrison 
  THE WALL STREET JOURNAL 
 

Las restricciones de los suministros que han sufrido las empresas y han provocado carencias de todo tipo, desde semiconductores a pantalones de chándal, se están agudizando, lo que añade presión sobre la inflación y pone a prueba la voluntad de la Reserva Federal de mantener los estímulos a la economía.

Los economistas y ejecutivos corporativos ahora dicen que las perturbaciones de la cadena de suministro, la falta de mano de obra y el resurgimiento de la demanda impulsada por las múltiples rondas de estímulos fiscales en Estados Unidos persistirán hasta el final de año, y es posible que continúen después.

"Resulta que es mucho más fácil crear demanda que recuperar" la oferta, señaló el miércoles el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, tras la última reunión de política monetaria del banco central.

El atasco en las empresas estadounidenses no da señales de mejorar, particularmente en el sector manufacturero.

El ritmo de la producción manufacturera y la contratación se ralentizó en mayo respecto al mes anterior incluso aunque los nuevos pedidos y las carteras de pedidos se aceleraron, según el índice de gestores de compras --o PMI, por sus siglas en inglés-- publicado por el Instituto de Gestión del Suministro.

La actividad de las fábricas en Estados Unidos también redujo el ritmo de su recuperación tras la pandemia, a pesar del incremento de la demanda de bienes de consumo. La producción manufacturera creció un 0,9% en mayo tras caer un 0,1% en abril. La producción industrial general, que también incluye la minería y los recursos básicos, se mantiene un 1,4% por debajo del nivel previo a la pandemia.

"Todo parece alineado para que las fábricas amplíen su producción", dijo Jonathan Millar, director de análisis económico de Estados Unidos de Barclays. "Ha sido como un fracaso de lanzamiento".

Se trata de un problema mundial. Los nuevos brotes de Covid-19 en un puerto chino con una alta actividad y en Malasia y Taiwán han incrementado los retrasos en el transporte marítimo de contenedores y han empeorado la escasez de chips informáticos.

Un informe de junio del Instituto de Finanzas Internacionales mostró que los retrasos de los proveedores que han aumentado los costes de los productos manufacturados en todo el mundo probablemente persistirán en 2022, incrementando la preocupación por la inflación.

"Lo que está ocurriendo excede a todo lo visto en la historia reciente", concluyó el informe.

Una vez la oferta se ponga al día con la demanda de los consumidores, las empresas todavía tendrán que reponer sus inventarios. Los de los minoristas medidos en proporción a sus ventas alcanzaron en abril su nivel más bajo de la serie histórica, que se remonta a 1992, según mostraron las cifras del censo. Estos negocios solo contaban en sus inventarios con productos para un mes de ventas.

Hace unos meses, muchos economistas y empresas pensaban que esta recuperación sería similar a las anteriores, con breves problemas de suministro que impulsarían los precios hasta que los fabricantes consiguieran incrementar la producción. Pero la continua escasez de mano de obra, los retrasos de los envíos, los mayores precios de las materias primas y la sólida y persistente demanda de bienes por parte de los consumidores han hecho que lo reconsideren.

"Incluso en el mejor escenario esto no se va a acabar en menos de 12 meses", afirmó Aneta Markowska, economista jefa de Jefferies LLC. La escasez podría empeorar a medida que los hogares se preparan para las compras del nuevo curso escolar, añadió. "Hay muchas probabilidades de que vaya a haber grave escasez de productos en septiembre".

Por ello, las previsiones de inflación se han elevado. El miércoles, los responsables de la Reserva Federal aumentaron su estimación de final de año al 3,4% desde el 2,4% de marzo. La inflación podría acelerarse incluso más, dijo el presidente del banco central, Jerome Powell.

"Los cambios en la demanda pueden ser grandes y rápidos, y los cuellos de botella, las dificultades a la hora de contratar y otras restricciones podrían continuar limitando lo rápido que la oferta puede ajustarse, incrementado la posibilidad de que la inflación pueda ser mayor y más persistente de lo que esperamos", aseguró Powell.

Los miembros de la Fed han dicho que esperan que el actual desequilibrio entre oferta y demanda sea temporal y que consideran que la inflación se ralentizará el próximo año. Sin embargo, si los bajos inventarios y la escasez de materiales se extiende a lo largo de 2022, ejerciendo más presión sobre la inflación, los responsables del banco central podrían verse ellos mismos empujados a cambiar sus políticas de dinero fácil antes de lo planeado.

-Escriba a David Harrison a david.harrison@wsj.com

Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com

Editado por MEG

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June 21, 2021 11:22 ET (15:22 GMT)