La propuesta, desvelada por la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU., refleja la agenda más amplia del presidente Joe Biden de descarbonizar la economía para luchar contra el cambio climático, y podría proporcionar una nueva y gran fuente de ingresos para los coches y camiones ecológicos.

He aquí algunos detalles clave:

¿CÓMO FUNCIONARÍA?

El Estándar de Combustibles Renovables de Estados Unidos exige actualmente a las refinerías de petróleo que mezclen cada año miles de millones de galones de biocombustibles, como el etanol a base de maíz, en su combustible, o que compren créditos conocidos como RINs a otras empresas que hagan la mezcla por ellos.

La idea es que, al añadir biocombustibles de combustión más limpia a la mezcla, el programa reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y ayuda a los agricultores.

Según la nueva propuesta, el RFS seguiría exigiendo a las refinerías que mezclen grandes cantidades de biocombustibles y/o compren RIN, pero añadiría un giro destinado a fomentar también una mayor producción de vehículos eléctricos.

Esencialmente, los fabricantes de vehículos eléctricos podrían generar RINs, y venderlos a las refinerías, si pueden demostrar que los coches y camiones que fabrican se alimentan de electricidad procedente de plantas que queman biocombustibles como el metano capturado que sale de los vertederos cubiertos o de las lagunas de estiércol de las granjas.

Actualmente, una proporción muy pequeña pero creciente de la energía del país se genera a partir del "biogás".

¿CÓMO LO DEMUESTRAN?

No es posible rastrear la energía hasta su fuente porque los electrones de la red son indistinguibles unos de otros.

Así que la EPA propone en su lugar que los fabricantes de vehículos eléctricos establezcan contratos con los generadores de energía a partir de biocombustibles renovables. Los contratos establecerían el derecho exclusivo del fabricante de vehículos a generar RIN por una cantidad determinada de energía renovable.

Se esperaría que los fabricantes de vehículos eléctricos firmaran suficientes contratos con los generadores de energía para cubrir todo el uso de electricidad de sus flotas sobre una base anual.

Para evitar la doble contabilización de los e-RIN, los generadores sólo podrían tener contratos con un fabricante de automóviles a la vez.

La EPA realizaría auditorías periódicas para garantizar que los generadores de electricidad y los productores del biogás que queman cumplen las normas básicas.

¿CUÁNTO VALE UN E-RIN?

La propuesta podría reportar cientos de millones, si no miles de millones, de dólares a los fabricantes de automóviles.

La EPA espera que la industria genere hasta 600 millones de e-RIN en 2024, y que esa cifra se duplique en 2025, siempre que puedan fabricar suficientes vehículos y encontrar suficiente energía basada en el biogás.

Cada e-RIN, según la propuesta, representaría 6,5 kilovatios hora de energía alimentada por biocombustible.

El valor de un RIN es imprevisible, pero actualmente se cotizan por encima de 1,50 dólares cada uno.

Dado que las refinerías de petróleo están obligadas a reunir miles de millones de estos créditos cada año -ya sea generándolos a través de la mezcla o comprándolos a otros- los fabricantes de automóviles pueden esperar un grupo relativamente fiable de compradores dispuestos.