WASHINGTON, 5 oct (Reuters) - La alta inflación ha dificultado el pago de las facturas, ha hecho tambalearse los planes de jubilación y ha llevado a las personas a frenar los viajes y a vigilar el termostato.

Pero además las asusta en forma generalizada y a menudo intensa, según los nuevos datos de la encuesta de hogares del Censo de Estados Unidos, que ha empezado a incluir más preguntas sobre la subida de precios.

Según la última versión de la encuesta Household Pulse del Censo, alrededor del 65% de los adultos estadounidenses consideran que el aumento de los precios es "muy" o "moderadamente" estresante.

El impacto por el aumento de los precios fue ligeramente mayor entre los adultos hispanos y negros. Era menor entre los que tenían un título universitario, en torno al 54%, y quizá no sea sorprendente que varíe mucho según los ingresos. Más del 80% de los que ganan menos de 50.000 dólares al año consideran que la inflación actual es estresante, y menos del 38% de los que ganan más de 200.000 dólares.

La Oficina del Censo comenzó a realizar la encuesta Household Pulse a principios de la pandemia para tratar de controlar los rápidos cambios en las tendencias sanitarias, sociales y económicas casi en tiempo real, con datos recogidos y publicados con más frecuencia que sus otras estimaciones de población. Las preguntas han cambiado con el tiempo en función de las nuevas tendencias, como el trabajo desde casa.

En las últimas publicaciones se ha documentado un aumento de la inseguridad alimentaria a medida que desaparecen los programas de apoyo a los ingresos de la época de la pandemia, y la encuesta más reciente muestra que el 11,5% de los adultos viven en hogares en los que "a veces o a menudo" no hay suficientes alimentos, frente a un mínimo de menos del 8% a mediados de 2021, cuando los programas de apoyo a los ingresos de la pandemia todavía estaban en vigencia.

Desde que la inflación empezó a repuntar el año pasado, la proporción de adultos en hogares en los que era "algo o muy difícil" hacer frente a los gastos habituales aumentó hasta el 40%, desde el 26% de mediados del año pasado.

La última encuesta, realizada entre el 14 y el 26 de septiembre y que incluía las respuestas de unos 51.000 hogares, trataba de profundizar en la influencia de la inflación en el estado de ánimo y el comportamiento de la población.

Es un tema que preocupa a la Reserva Federal en su intento de evaluar la resistencia financiera de los hogares, y a los funcionarios electos que compiten en las elecciones de mitad de mandato.

El aumento de los precios al consumidor en más de un 8% anual a partir de agosto, según la encuesta del Censo, ha hecho mella en los patrones de gasto también en el plano psicológico.

Alrededor del 35% de los adultos afirmó haber cancelado un viaje en la semana anterior debido al costo de la gasolina, mientras que cerca del 20% dijo haber recortado o eliminado el gasto en "necesidades básicas del hogar, como medicinas o alimentos", para poder pagar la factura de la energía.

(Reportaje de Howard Schneider; Editado en español por Juana Casas)

Por Howard Schneider