"El Banco Nacional de Hungría (MNB) ha mantenido una política monetaria restrictiva, mientras que el Gobierno ha tomado medidas para reducir el déficit primario desde 2023", dijo Fitch en un comunicado.
El ministro de Economía húngaro declaró en octubre que el país ha superado su crisis de inflación, con una ralentización del crecimiento de los precios hacia el objetivo del banco central tras haber sido el más alto de la UE el año pasado.
Fitch prevé una recuperación gradual de la economía húngara, impulsada por el fortalecimiento del consumo privado, la inversión y las exportaciones.
El mes pasado, el ministro de Finanzas, Mihaly Varga, presentó al Parlamento el proyecto de presupuesto para 2025, desestimando las preocupaciones planteadas por el organismo de control presupuestario sobre la insuficiencia de reservas para mitigar los riesgos y la posible escasez de ingresos debido al débil crecimiento.
El gobierno, dirigido por el primer ministro Viktor Orban, pretende reducir el déficit de 2025 al 3,7% del PIB, por debajo del objetivo del 4,5% para este año.
"La disminución prevista de los gastos de intereses apoyará un nuevo descenso del déficit fiscal hasta el 4,2% en 2025 y el 3,7% en 2026", añadió Fitch.
De cara a las elecciones parlamentarias de 2026, el gobierno de Orban planea aumentar los beneficios fiscales para las familias y sigue proporcionando un mes adicional de pensiones, centrándose en los grupos demográficos clave.
El gobierno espera un repunte del crecimiento económico del 3,4% en 2025, una proyección que el Consejo Fiscal considera optimista a la luz de las previsiones actuales.
La agencia también afirmó su calificación para Hungría en "BBB".