PARQUE NACIONAL PONGARA, Gabón, 27 oct (Reuters) - Los imponentes árboles de los impenetrables manglares de Gabón han ayudado a convertir al país centroafricano en uno de los pocos absorbentes netos de carbono del mundo, ya que las plantas secuestran el gas de efecto invernadero cuatro veces más rápido que los bosques terrestres.

Mientras el mundo lucha por frenar el cambio climático y las conversaciones de la ONU sobre el tema comienzan a fines de mes, países como Gabón están tratando de calcular exactamente cuánto carbono hay encerrado en sus manglares.

"Realmente no tenemos mucha información sobre los bosques de manglares en comparación con los de tierra firme", dijo Vincent Medjibe, quien recopila datos de carbono para la Agencia de Parques Nacionales de Gabón. "Estamos trabajando en ello".

Al otro lado del estuario del Parque Nacional Pongara, rico en manglares, la creciente capital Libreville ejemplifica la amenaza que enfrenta esta vegetación. En un vecindario de las afueras pueden verse matas secas y agujeros lodosos donde antes había un pantano que fue limpiado ilegalmente para edificar.

Además de almacenar carbono, los pantanos son ricos en vida silvestre y sirven como defensa natural contra inundaciones.

Una residente que se identificó como Christella dijo estar preocupada porque sus futuros vecinos no se den cuenta del peligro. "Están en una especie de cuenca y cuando llegan las fuertes lluvias, el agua puede subir", dijo.

La noticia positiva es que la conciencia está creciendo.

En los últimos 20 años, los manglares se han recuperado de ser uno de los hábitats más menguantes del mundo a uno de los mejor conservados, con más del 40% en un área legalmente protegida, según un informe de julio de una coalición llamada Alianza Mundial de los Manglares.

Gabón solo comenzó a valorar la extensión total de sus manglares en 2018, cuando un estudio en la revista Nature Geoscience usó imágenes satelitales para descubrir que algunos ejemplares del estuario tienen más de 65 metros de altura, lo que los convierte en los más altos del mundo.

La científica terrestre de la NASA Lola Fatoyinbo, coautora del estudio, dijo que el conocimiento está mejorando de forma rápida. "La ciencia ha mejorado, nuestra comprensión de su papel como importantes sumideros de carbono ha mejorado y, por tanto, la conciencia se ha vuelto mayor", dijo a Reuters.

(Editado en español por Carlos Serrano)