La escasez de existencias debida a la congestión portuaria, el aumento de los costes de transporte y la escasez de mano de obra ha afectado a los minoristas, y empresas como Abercrombie & Fitch y Nike han tenido que hacer frente a retrasos en las existencias y a estantes vacíos.

Gap, que está luchando contra el cierre de fábricas en Vietnam, que representa el 30% de la producción, dijo que la escasez mermó las ventas del tercer trimestre en unos 300 millones de dólares, ya que las marcas no pudieron satisfacer la fuerte demanda derivada de la relajación de las restricciones y la vuelta a las reuniones sociales.

Sin embargo, la consejera delegada Sonia Syngal se mostró optimista en cuanto a los planes de transporte aéreo de productos, debido a la continua y fuerte demanda de las sudaderas Yeezy de Gap y la ropa de Old Navy.

"La situación de la cadena de suministro parece estar mejorando en este momento... la apuesta que hicimos para transportar productos por aire fue para aprovechar el impulso que teníamos en el negocio", dijo Syngal a Reuters.

La empresa, que cerró el tercer trimestre con un descenso del inventario del 1%, está invirtiendo ahora unos 450 millones de dólares anuales en transporte aéreo y ampliando su red de puertos de envío para mitigar la escasez de productos durante la ajetreada temporada navideña.

El propietario de Old Navy espera unas ventas netas anuales de alrededor del 20%, frente a su previsión anterior de crecimiento del 30%. Los analistas esperan un crecimiento del 28,4%, según datos de IBES de Refinitiv.

Gap también recortó sus estimaciones de beneficio anual, excluyendo algunos cargos, a entre 1,25 y 1,40 dólares por acción, desde 2,10 a 2,25 dólares. Los analistas esperan de media un beneficio de 2,20 dólares por acción.