(Reuters) -La Casa Blanca trabajaba el domingo estrechamente con el principal operador de oleoductos de Estados Unidos, Colonial Pipeline, para ayudarlo a recuperarse de un ciberataque que obligó a la compañía a cerrar una red de combustible crítica que abastece a los poblados estados del este del país.

El incidente es una de las operaciones de secuestro digital más perturbadoras jamás reportadas y ha provocado llamados de los legisladores estadounidenses a reforzar las protecciones de la infraestructura energética contra piratas informáticos.

La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, dijo que la reparación del oleoducto era una prioridad para el gobierno y que Washington estaba trabajando para evitar interrupciones más graves en el suministro de combustible, al ayudar a Colonial a reiniciar lo más rápido posible su red de oleoductos de más de 8.850 kilómetros, desde Texas hasta Nueva Jersey.

"Estamos trabajando en estrecha colaboración con la empresa, los funcionarios estatales y locales, para asegurarnos de que vuelvan a las operaciones normales lo más rápido posible y no haya interrupciones en el suministro", aseguró Raimondo en el programa "Face the Nation", de CBS.

Colonial dijo el domingo que sus principales líneas de combustible permanecen sin conexión, pero algunas más pequeñas entre terminales y puntos de entrega ya están operativas. Ni Raimondo ni la empresa dieron una estimación de una fecha de reinicio y Colonial declinó hacer más comentarios durante el día.

Colonial mueve casi 2,5 millones de barriles por día de gasolina y otros combustibles desde las refinerías en la Costa del Golfo a los consumidores en el Atlántico y el sureste de los Estados Unidos. Su extensa red sirve a los principales aeropuertos del país, incluido el de Hartsfield Jackson de Atlanta, el más transitado del mundo.

Los expertos en combustibles minoristas, incluida la Asociación Estadounidense de Automovilistas, dijeron que una interrupción de varios días podría tener un impacto significativo en la oferta de combustible en algunas regiones, particularmente en el sureste de Estados Unidos.

Si bien la investigación del gobierno de Estados Unidos se encuentra en las primeras etapas, un exfuncionario estadounidense y dos fuentes de la industria dijeron que los piratas informáticos probablemente sean un grupo profesional que ciberataques denominado "DarkSide".

Los grupos obtienen acceso a redes privadas, cifran archivos mediante software y, a menudo, también roban datos. Exigen luego un pago para descifrar los archivos y cada vez más piden dinero adicional para no publicar contenido robado.

En el ataque a Colonial, los piratas informáticos se llevaron más de 100 gigabytes de datos, según una persona familiarizada con el incidente. Mientras el FBI y otras agencias gubernamentales trabajaban con empresas privadas para responder al ataque, el sistema de computación en la nube que los piratas informáticos utilizaron para recopilar los datos robados se desconectó el sábado, agregó la fuente.

La firma de ciberseguridad FireEye se encuentra entre los que enfrentan el ataque, dijeron fuentes de la industria. FireEye se negó a comentar. Colonial dijo que estaba trabajando con una "firma líder en ciberseguridad de terceros", pero no nombró a la empresa.

(Reporte de Laila Kearney, Doina Chiacu y Joseph Menn, Reporte adicional de Devika Krishna Kumar y Raphael Satter, Escrito por Richard Valdmanis, Editado en español por Javier López de Lérida y Manuel Farías)