El Ministerio de Hacienda británico ha declarado que pedirá a los departamentos gubernamentales que reduzcan el despilfarro, incluido el gasto que no se ajuste a las prioridades políticas, mientras el primer ministro Keir Starmer intenta revisar el funcionamiento del sector público.

El Tesoro dijo en un comunicado que cada libra que gaste el gobierno será sometida a una revisión línea por línea para garantizar que se gasta en cumplir la agenda que Starmer estableció la semana pasada, y en dar valor al dinero.

La última vez que se pidió a los departamentos gubernamentales que llevaran a cabo la llamada "revisión de base cero" del gasto público fue hace 17 años, dijo.

"Reformando nuestros servicios públicos, nos aseguraremos de que están a la altura de las exigencias actuales, ahorrando dinero y prestando mejores servicios a los ciudadanos de todo el país", declaró en el comunicado la ministra de Economía, Rachel Reeves.

"Por eso inspeccionaremos cada libra de gasto público, para que vaya a parar a los lugares adecuados y acabemos con todo despilfarro".

Los presupuestos departamentales serán examinados por grupos de expertos externos y se han enviado cartas a cada departamento aconsejándoles que tomen decisiones "difíciles" para poner fin a cualquier gasto que no contribuya a una prioridad gubernamental.

Está previsto que el gobierno anuncie los detalles de su revisión plurianual del gasto el año que viene.

Reeves declaró en octubre que su objetivo era equilibrar el gasto diario con los ingresos fiscales para finales de la década y fijó límites estrictos para el gasto en servicios públicos en los próximos años.