Los ministros se enfrentarán a la tan esperada propuesta de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, que molestó tanto a los partidarios de una intervención decisiva en el mercado como a los que se oponen ferozmente a ella.

La ministra polaca del Clima, Anna Moskwa, dijo que el plan era "una broma" y que no era aceptable, ya que el precio propuesto estaba muy por encima del mercado en ese momento.

"El texto que está sobre la mesa es insatisfactorio (...) no dice claramente si tendrá un efecto sobre los precios", dijo la ministra de Energía de Bélgica, Tinne Van der Straeten, al llegar a las conversaciones.

Su colega griega dijo que un tope de 150-200 euros/MWh era "realista".

"Podría ayudarnos a reducir los precios del gas y, por tanto, a reducir los precios de la electricidad, que es un reto importante en Europa este invierno", dijo Konstantinos Skrekas.

Malta también se mostró descontenta con el techo de precios propuesto, y su ministra de Energía y Medio Ambiente, Miriam Dalli, dijo que las estrictas condiciones necesarias para que el mecanismo entre en funcionamiento lo hacían "casi imposible".

Hasta 15 países de la UE exigen que se establezca un límite para contener los costes de la energía, después de que los precios del gas se dispararan hasta alcanzar máximos históricos el pasado mes de agosto, al cortar Rusia el suministro a Europa tras las sanciones occidentales por la guerra de Moscú contra Ucrania.

La oposición proviene de un campo más pequeño pero poderoso, liderado por la mayor economía de la UE, Alemania. Junto con los Países Bajos, Suecia, Austria y Finlandia, afirman que un tope podría desplazar el suministro a otros lugares y recortar los incentivos para reducir el consumo de gas.

La Comisión propuso limitar el precio del primer mes en la bolsa de gas holandesa Title Transfer Facility (TTF) si supera los 275 euros/MWh durante dos semanas y si, al mismo tiempo, los precios son 58 euros más altos que una referencia global de gas natural licuado (GNL) durante 10 días de negociación consecutivos.

El ministro estonio fue el único que dijo que el plan estaba "bien, más o menos" como medida temporal y sólo para hacer frente a las subidas extremas de precios, y no como solución permanente.

"Europa tiene que seguir siendo un mercado de gas atractivo", dijo Riina Sikkut, "Cualquier medida sobre los fósiles y el gas, no resuelve el problema. Necesitamos una energía local y asequible que tenga una pequeña huella en el medio ambiente, y esto es la energía renovable."

La UE ha aprobado una serie de medidas para mitigar la aguda crisis energética desde que los precios se dispararon el pasado verano, desde el ahorro de electricidad y gas hasta nuevos impuestos para recuperar los beneficios inesperados de los productores de energía.

Pero la cuestión de cómo y si hay que limitar los precios del gas ha dividido a la UE durante meses.

El lanzamiento de las compras conjuntas de gas en el bloque y la aceleración de los procedimientos de autorización de las fuentes de energía renovables corren el riesgo de ser rehenes después de que Polonia, Bélgica, Grecia e Italia amenazaran con bloquear estas medidas también a la espera de la aprobación de los ministros si no se llega a un acuerdo sobre un tope aplicable.