LONDRES, 9 jun (Reuters) - El Reino Unido dirá el miércoles a la Unión Europea que se está agotando el tiempo para encontrar soluciones que faciliten el comercio con Irlanda del Norte tras el Brexit, y afirmará que nuevas acciones jurídicas por parte del bloque no "facilitaría la vida" de los habitantes del territorio británico.

Desde que se completó la salida británica de la UE a finales del año pasado, las relaciones de Reino Unido con el bloque se han agriado, y ambas partes se acusan mutuamente de actuar de mala fe en relación con una parte de su acuerdo comercial que rige los movimientos de mercancías a Irlanda del Norte.

La disputa, bautizada por los medios de comunicación británicos como la "guerra de las salchichas" porque se centra en el movimiento de carnes refrigeradas de Reino Unido a Irlanda del Norte, podría enturbiar la cumbre de las siete mayores economías avanzadas del mundo que tendrá lugar este fin de semana en un pueblo costero del suroeste de Inglaterra.

El primer ministro anfitrión, Boris Johnson, quiere que la cumbre sirva de escaparate de lo que él llama "el Reino Unido global", pero podría recibir una advertencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien, según el periódico Times, dirá a Londres que no renuncie al acuerdo.

En la última ronda de conversaciones, el ministro británico del Brexit, David Frost, que también se espera que asista a la cumbre, se reúne en Londres con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, para intentar resolver las diferencias sobre el protocolo de Irlanda del Norte.

Hasta ahora, las conversaciones han avanzado poco y los mandatarios se mostraron poco optimistas sobre las perspectivas de un avance.

"Cuando me reúna con Maros Sefcovic hoy, mi mensaje será claro: hay poco tiempo y se necesitan soluciones prácticas ahora para que el protocolo funcione", dijo Frost en un comunicado, pidiendo flexibilidad para encontrar soluciones "que gocen de la confianza de todas las comunidades".

"Más amenazas de acciones jurídicas y represalias comerciales por parte de la UE no facilitarán la vida del comprador de Strabane que no puede comprar su producto favorito".

Sus palabras respondían a un artículo que Sefcovic escribió el martes en el diario Telegraph, en el que advertía a Reino Unido de que la UE "no sería tímida a la hora de reaccionar con rapidez, firmeza y determinación" si consideraba que Reino Unido estaba incumpliendo sus obligaciones legales.

Preservar la delicada paz en Irlanda del Norte sin permitir al Reino Unido una puerta trasera al mercado único de la Unión Europea a través de la frontera terrestre irlandesa (de 500 kilómetros) es era una de las cuestiones más complicadas del divorcio del Brexit.

La solución supuso la creación del protocolo de Irlanda del Norte, que supuso que la provincia británica permaneciera en la práctica en la unión aduanera de la UE y tuviera que adherirse a muchas de las normas de su mercado único, mientras que el resto de Reino Unido ha abandonado ambos.

Bruselas acusa a Londres de incumplir el acuerdo al no aplicar controles a algunas mercancías que circulan desde Reino Unido a su provincia de Irlanda del Norte, y ha iniciado acciones jurídicas por la ampliación unilateral de un periodo de gracia por parte del Gobierno británico.

Londres dice que no tiene otra opción porque algunos de los controles dificultan el suministro a los supermercados norirlandeses. También ha señalado las crecientes tensiones entre los unionistas probritánicos de la provincia, que dicen que el acuerdo del Brexit estaba socavando un acuerdo de paz de 1998.

Tanto Londres como Bruselas afirman que desean encontrar soluciones, pero se acusan mutuamente de no hacer esfuerzos para aceptar las propuestas contrarias.

"Hemos planteado algunas soluciones a la UE", dijo el ministro de Vivienda, Robert Jenrick, a Sky News, afirmando que "no puede ser correcto que (...) las salchichas no puedan viajar de Bangor, en Gales, a Bangor, en Irlanda del Norte, debemos ser capaces de resolverlo".

El periodo de gracia de algunas mercancías vence el 30 de junio. Un portavoz de Johnson dijo el martes que no había "ningún argumento para impedir la venta de carne refrigerada en Irlanda del Norte".

(Información de Elizabeth Piper, información adicional de Alistair Smout; edición de Angus MacSwan, traducido por Tomás Cobos)