Indonesia, que en su día fue un importante exportador de mineral de níquel, prohibió en 2020 las exportaciones de níquel sin procesar para atraer inversiones a su industria de fundición, pero la mayor parte del desarrollo se ha dirigido a la producción de arrabio de níquel (NPI) y ferroníquel, que tienen un contenido de níquel relativamente bajo.

El impuesto se aplicará al NPI y al ferroníquel, dijo en una entrevista Septian Hario Seto, viceministro coordinador de Asuntos Marítimos y de Inversión.

Se negó a revelar los detalles de los tipos impositivos previstos, pero dijo que el gobierno lo determinaría en función del precio del níquel y también del precio del carbón que se utiliza en la producción como fuente de energía.

El gobierno quiere aprovechar los grandes depósitos de níquel de Indonesia para producir eventualmente baterías para vehículos eléctricos y también para ensamblar vehículos eléctricos en el país.

Indonesia ha conseguido acuerdos de inversión de inversores surcoreanos como LG y Hyundai para producir baterías y vehículos eléctricos. El presidente Joko Widodo también está interesado en persuadir a Tesla para que invierta en el país y se reunió con su fundador, Elon Musk, durante una reciente visita a Estados Unidos.

Mientras tanto, el gobierno sigue revisando la necesidad de limitar el número de fundiciones que producen NPI o ferroníquel para preservar los depósitos de mineral.

"El gobierno no descarta la posibilidad de limitar el número (de fundiciones que producen NPI o ferroníquel), pero aún no hay una decisión al respecto", dijo Seto.

Indonesia pretende que sus reservas de mineral tengan una vida útil de entre 25 y 30 años, dijo.

Las fundiciones que producen NPI y ferroníquel en Indonesia tienen actualmente una capacidad instalada combinada de alrededor de 1,3 millones de toneladas de contenido de níquel, dijo Seto.