La vivienda ha sido el principal problema político durante años. La lenta reconstrucción del sector de la construcción tras el desplome inmobiliario de 2009 ha provocado que los precios de la vivienda y los alquileres superen el crecimiento de los ingresos en un momento en el que la población crece más rápido de lo previsto.
Mientras que el año pasado la oferta alcanzó un máximo de 15 años de casi 33.000 unidades, el banco central estimó el miércoles que descendería a 32.000 este año antes de llegar a 39.000 en 2026. Afirmó que se necesitaban cambios claros en la política para ir más allá de las 50.000.
Esto depende de una serie de áreas interconectadas: la modernización de los complejos procesos de planificación, la casi duplicación de la financiación del desarrollo, la mejora de la productividad de la construcción y la disponibilidad de más terrenos zonificados y con servicios, sobre todo en Dublín, según el análisis.
"Es un reto importante", declaró a la prensa el director de economía del banco central, Robert Kelly, quien añadió que los planes del gobierno para alcanzar las 50.000 unidades al año no funcionarán sin mejoras suficientes en cada área.
El informe recomendaba que la inversión de capital público se centrara en las infraestructuras y en la financiación directa de más suelo con servicios, que el Estado incentivara la adopción de métodos de construcción modernos para impulsar la baja productividad y la escala, y que utilizara su balance para impulsar la inversión de capital privado.
Según el informe, entre los "costes económicos significativos" de la inacción política que prolonga el desequilibrio entre la oferta y la demanda se incluyen un mayor coste de la vida y un mayor coste de hacer negocios que podría dañar la posición de Irlanda como centro de la inversión extranjera directa.
En la actualización trimestral periódica de sus previsiones económicas, el banco central dijo también el miércoles que las perspectivas de crecimiento económico e inflación se mantenían en general sin cambios desde junio, con la previsión de que la demanda interna modificada (MDD) -su indicador preferido de los resultados económicos- crezca un 2,4% este año.