La medida se produce a pesar de los recientes llamamientos renovados desde Estados Unidos para que el gobierno italiano deseche el régimen.
En 2019, Roma introdujo un gravamen del 3% sobre los ingresos procedentes de las transacciones por Internet para las empresas digitales con unas ventas anuales de al menos 750 millones de euros (788,40 millones de dólares) si al menos 5,5 millones se realizan en Italia.
Como parte del proyecto de ley de presupuestos, Hacienda intentó eliminar estos suelos para la aplicación del impuesto, en una medida que, según los críticos, supondría un golpe para las empresas más pequeñas.
El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, ha afirmado que ampliar el ámbito de aplicación del impuesto web italiano podría ayudar al gobierno a evitar enfrentamientos con Estados Unidos, que considera el régimen injustamente discriminatorio, ya que se dirige principalmente a empresas tecnológicas estadounidenses como Meta Platforms, Google y Amazon.
Sin embargo, tras las escaramuzas con el partido co-gobernante Forza Italia, el gobierno se inclina por restablecer el límite mínimo de ingresos de 750 millones de euros, según afirmaron un funcionario gubernamental y algunos legisladores.
Roma también quiere recortar el impuesto de sociedades IRES para las empresas que contraten e inviertan en determinadas condiciones.
La medida tiene un coste estimado de unos 400 millones de euros, que el Tesoro planea cubrir solicitando una contribución adicional a bancos y aseguradoras, añadieron los legisladores.
Italia espera recaudar más de 5.000 millones de euros del sector financiero en los próximos tres años a través de un paquete de medidas ya incluidas en el presupuesto de Roma para 2025.
(1 dólar = 0,9513 euros)