Entre los principales activos en fase de desarrollo, Mathai Mammen, director global de investigación de la división farmacéutica Janssen de J&J, señaló una combinación de medicamentos para el cáncer de pulmón de células no pequeñas, un anticoagulante que está desarrollando con su socio Bristol Myers Squibb y una vacuna para el virus respiratorio sincitial (VRS).

J&J dijo la semana pasada que planea escindir su división de salud del consumidor, que vende Listerine y vendas Band-Aid, para centrarse en productos farmacéuticos y dispositivos médicos, en la mayor reorganización en los 135 años de historia de la empresa estadounidense.

En una entrevista, Mammen dijo que no creía que la transacción cambiara mucho en términos de gasto en investigación y desarrollo.

"Estamos muy contentos y orgullosos del funcionamiento de la I+D, de la estrategia que utilizamos y del nivel de inversiones", dijo.

J&J desarrolló una de las tres vacunas COVID-19 autorizadas en Estados Unidos, pero su uso en el país se redujo drásticamente después de que se produjeran raros casos de coagulación de la sangre relacionados con la inyección.

No obstante, Mammen afirmó que J&J aún espera desarrollar más vacunas utilizando la misma tecnología de vectores de adenovirus.

"No sólo induce anticuerpos, que tienden a durar relativamente poco, sino también múltiples tipos de células T... de modo que se obtiene un beneficio realmente duradero", dijo Mammen.

Mammen dijo que la empresa estaba "examinando activamente" muchas plataformas tecnológicas diferentes, incluido el ARN mensajero, la columna vertebral de las vacunas COVID-19 de Moderna y Pfizer y el socio BioNTech

"Tenemos varias tecnologías en este momento, y estudiaremos la posibilidad de ampliarlas", dijo.