En la ciudad occidental de Kisumu y en la enorme barriada de Kibera en Nairobi, ambos bastiones del candidato rival Raila Odinga, la calma volvió a las calles después de que los manifestantes se enfrentaran a la policía y quemaran neumáticos en la carretera durante la noche.

Los dramáticos acontecimientos del lunes, en los que Ruto fue declarado presidente por un escaso margen al surgir una división en la comisión electoral que supervisa la votación del 9 de agosto, han hecho temer una violencia sangrienta como la que se produjo tras anteriores comicios disputados.

Se espera que la Alianza Azimio La Umoja (Declaración de Unidad) de Odinga celebre una conferencia de prensa el martes para dar su veredicto sobre el resultado electoral y trazar el camino a seguir.

El veterano líder de la oposición, que se presenta por quinta vez a la presidencia, está sometido a una creciente presión local e internacional para que busque un remedio legal pacífico ante cualquier duda sobre el resultado de las elecciones. Tanto las Naciones Unidas como la embajada de Estados Unidos en Kenia instaron a todas las partes a trabajar juntas.

Los cuatro comisionados que repudiaron los resultados de las elecciones también instaron a las partes a seguir cualquier disputa a través de los tribunales.

Kenia, la nación más rica y estable de África Oriental, tiene un historial de disputas electorales que han provocado un derramamiento de sangre, con más de 1.200 personas muertas en una violencia generalizada tras la votación presidencial de 2007. En 2017 murieron más de 100 personas después de que el Tribunal Supremo anulara el resultado por anomalías en el proceso de votación.

Los partidarios de Odinga han denunciado el resultado de las elecciones del lunes, aunque el gobernador de Kisumu, Anyang' Nyong'o, hizo un llamamiento a la calma, ya que las protestas en algunas partes de la ciudad junto al lago se volvieron violentas tras la declaración de la victoria de Ruto. Dijo que la dirección de Azimio estaba trabajando para planificar su respuesta para "garantizar la justicia" para Odinga.

Ni el presidente de la comisión electoral, Wafula Chebukati, que declaró a Ruto vencedor con el 50,49% de los votos frente al 48,5% de Odinga, ni los cuatro comisarios que desconocieron los resultados respondieron a una petición de Reuters para que hicieran comentarios.

Una vez en el cargo, Ruto tendrá que enfrentarse a una crisis económica y social. Los kenianos pobres, que ya se tambalean por el impacto del COVID-19, se han visto afectados por las subidas globales de los precios de los alimentos y el combustible, mientras que una devastadora sequía en el norte ha dejado a 4,1 millones de personas dependientes de la ayuda alimentaria.

Este hombre de 55 años había hecho de las divisiones de clase de Kenia el centro de su campaña para convertirse en el quinto presidente del país, prometiendo recompensar a los "buscavidas" de bajos ingresos.