Las tenencias del banco central, de casi 9 billones de dólares en activos, aún permitieron a la Fed remitir 32.200 millones de dólares al Tesoro estadounidense en el primer trimestre de 2022, según los documentos.

Pero las pérdidas en las inversiones de la Fed, una cartera de 8,5 billones de dólares que aumentó gracias a las compras de activos diseñadas para mantener los mercados financieros estables durante la pandemia, plantean un problema político potencialmente duro para el banco central.

Bill Nelson, economista jefe del Instituto de Política Bancaria, dijo que ajustando la apreciación de sus activos que la Fed había visto hasta finales del año pasado, las pérdidas no realizadas eran de un monto aún mayor de 458.000 millones de dólares.

Criticada por seguir comprando activos incluso cuando la economía estaba en vías de recuperarse de la pandemia, ahora está intentando dar marcha atrás y reducir sus tenencias, en particular de valores respaldados por hipotecas.

Si opta por acelerar el proceso vendiendo algunos de esos activos, las pérdidas "de papel" no realizadas tendrían que contabilizarse como un golpe tangible.

Según el estado financiero del primer trimestre de la Fed, los 2,77 billones de dólares en compras de MBS han disminuido sobre la base del valor justo de mercado en 164.000 millones de dólares, y al 31 de marzo tenían un valor de 2,606 billones de dólares.

Los tipos de interés de las hipotecas son aún más altos ahora, y como ocurre con cualquier valor que devenga intereses, a medida que los tipos de interés del mercado han subido, esas pérdidas se han profundizado.

Un informe de la Reserva Federal de Nueva York de principios de esta semana señalaba la posibilidad de que se produzcan grandes pérdidas en la cartera de la Reserva Federal, dado que se espera que los tipos de interés sigan subiendo.

El informe también señalaba otra cuestión: A medida que la Fed suba su tipo de interés a corto plazo, lo hará ofreciendo mayores pagos a los bancos por las reservas que depositen en la Fed, aumentando los gastos del banco central. Mientras tanto, al reducirse su balance, sus ingresos por intereses disminuirán, empujando potencialmente a la Fed hacia las pérdidas operativas.

Los funcionarios de la Fed de Nueva York señalan en el informe que la Fed podrá financiar sus operaciones y llevar a cabo la política monetaria con independencia.

Pero podría significar fuertes descensos en una métrica clave observada de cerca por los funcionarios electos: los beneficios que el banco central remite al Tesoro de Estados Unidos.

Éstos han subido durante la era de la "flexibilización cuantitativa" y alcanzaron un récord de 107.000 millones de dólares el año pasado, pero podrían caer a cero cuando la política monetaria de la Fed cambie.