13 jun (Reuters) -Los responsables de la Reserva Federal de Estados Unidos, acosados por la alta inflación y ante un panorama de crecimiento debilitado, expondrán el miércoles cómo creen que puede desarrollarse en los próximos meses su objetivo, cada vez más difícil, de enfriar la economía sin hacerla caer en picado.

Esta difícil situación se pondrá de manifiesto cuando los dirigentes monetarios de la Reserva Federal, al mismo tiempo que suben por segunda vez los tipos de interés en medio punto consecutivo, revelen sus últimas proyecciones de crecimiento económico, desempleo e inflación hasta 2024 y más allá. Y lo que es más importante, indicarán la velocidad y la escala de las subidas de tipos que los responsables de política monetaria consideran necesarias para aplacar la inflación, que se encuentra en su punto más alto de los últimos 40 años.

Lo que es seguro es que sus previsiones se parecerán poco a las emitidas en marzo, que mostraban que la inflación bajaba sin que el desempleo subiera ni la política monetaria fuera especialmente restrictiva.

La reunión se produce dos semanas después de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunieran en un contexto de creciente ansiedad en la Casa Blanca por el hecho de que el activo mercado laboral se vea ahogado por el aumento de los costes de todo, desde el alquiler y los alimentos hasta la gasolina y los billetes de avión.

Powell ha dicho anteriormente que el banco central, que en marzo subió los tipos de interés por primera vez en tres años, seguirá subiéndolos hasta que el aumento de los precios baje de forma "clara y convincente". Los responsables de la política monetaria ya han señalado que planean igualar el aumento previsto para esta semana con otra subida de medio punto en su siguiente reunión de julio, lo que situaría los costes de los préstamos entre el 1,75% y el 2,0%, justo donde hace tres meses pensaban que estarían a finales de año.

La lectura de la inflación publicada el pasado viernes, que fue más alta de lo esperado, ha puesto en duda esas expectativas, y los economistas de Barclays prevén una subida de tres cuartos de punto esta semana o en julio, mientras los contratos de futuros sobre los tipos de la Fed reflejan ahora una probabilidad de más del 50% de una subida de tipos de 75 puntos básicos para julio, con una probabilidad de uno sobre cuatro de que ocurra la próxima semana.

"Va a ser una reunión complicada en cuanto a los mensajes", dijo Julia Coronado, antigua economista de la Fed y presidenta de MacroPolicy Perspectives. "No es un panorama halagüeño. No tienen ninguna opción fácil que tomar".

NUEVAS PREVISIONES, NUEVAS PREGUNTAS

El crecimiento de los precios al consumo en Estados Unidos se aceleró en mayo hasta el 1,0%, ya que los precios de la gasolina alcanzaron un récord y el coste de los servicios aumentó aún más, mientras que los precios subyacentes subieron un 0,6% tras avanzar por el mismo margen en abril, según informó el viernes el Departamento de Trabajo, lo que subraya la necesidad de que la Reserva Federal mantenga el pie en el freno. En los 12 meses transcurridos hasta mayo, la inflación general aumentó un 8,6%.

El nuevo conjunto de proyecciones de los responsables de la política monetaria reflejará un ritmo más rápido de subidas, un crecimiento más lento, una mayor inflación y una tasa de desempleo más alta. La clave estará en la cuantía de cada una de ellas.

Todos los dirigentes monetarios están de acuerdo en que la Reserva Federal debe situar su tipo de interés en un nivel neutro --el nivel que no estimula ni limita el crecimiento económico-- para finales de este año. Esa tasa se considera aproximadamente entre el 2,4% y el 3%.

El punto medio para finales de 2022 podría aumentar fácilmente lo suficiente como para señalar al menos otra subida de medio punto en septiembre, dada la lectura de la inflación del viernes, que fue peor de lo previsto. La medida en que la Reserva Federal tendrá que subir los tipos de interés en general también aumentará, y la mayoría de los economistas consideran que el tope se sitúa entre el 3% y el 3,5%.

En cuanto a la tasa de desempleo en los próximos dos años, la clave está en si los responsables de la política monetaria la suben solo uno o dos puntos, o si se produce un aumento importante de los despidos, lo que iría en contra de su idea de que la inflación puede controlarse sin un exceso de desempleo.

El gobernador de la Fed, Christopher Waller, dijo recientemente que si la Fed pudiera reducir la inflación cerca de su objetivo del 2% y al mismo tiempo evitar que la tasa de desempleo, actualmente en el 3,6%, supere el 4,25%, sería una actuación "magistral".

"No creo que cambie mucho, pero si lo hace... es una señal de que están preocupados por la posibilidad de una desaceleración o recesión grave", dijo Roberto Perli, que fue también economista de la Fed y es actualmente jefe de política global de Piper Sandler.

EL UMBRAL DEL DOLOR DE LA FED

Algunos de los factores que mantienen la inflación tan elevada, en particular las perturbaciones de la oferta que escapan al control de la Fed debido a la invasión rusa de Ucrania y que han provocado un salto en los precios de los alimentos y del petróleo, no muestran signos de remitir. En general, el banco central todavía se enfrenta a una enorme incertidumbre sobre las perspectivas de esa y otras interrupciones de la cadena de suministro causadas por la pandemia de COVID-19.

Los dirigentes monetarios tampoco están recibiendo mucha ayuda todavía por el lado de la demanda, ya que las sanas finanzas de los bancos, las empresas y los hogares estadounidenses son un posible obstáculo para frenar la inflación a medida que suben los tipos en una economía que ha sido capaz hasta ahora de pagar el precio..

Cuanto más tiempo se esfuerce la Reserva Federal por sofocar la demanda y cuanto más persista la inflación, más probable será que el ritmo de aumento de los precios se arraigue y la Reserva Federal tenga que intensificar su actuación.

Es poco probable que los nuevos gobernadores de la Fed, Philip Jefferson y Lisa Cook, que ocupan por primera vez su lugar en el órgano de decisión compuesto por 18 miembros, se aparten de la decisión de sus colegas de reducir la inflación.

"Aunque se espera que Cook y Jefferson sean adiciones de talante flexible a la Fed, eso no importará mucho mientras la inflación sea del 8%, y dudamos que hagan retroceder los planes de endurecimiento de la Fed a corto plazo", dijo Andrew Hunter, economista de Estados Unidos en Capital Economics.

Si el consenso del comité no se alinea con la visión de Powell sobre lo que se necesita, este ha demostrado con su reciente orientación entre reuniones que está preparado para liderar desde el frente para asegurarse de que la inflación se vea afectada de forma decisiva".

David Wilcox, exdirector de análisis de la Fed, ahora director de investigación económica de Estados Unidos en Bloomberg Economics y miembro del Instituto Peterson de Economía Internacional, espera que Powell mantenga la máxima atención contra la inflación durante su mandato de la Fed, al estilo de Paul Volcker, el imponente jefe de la Fed que domó los precios en la década de 1980.

"Powell tiene toda la intención de pasar a la historia, si es necesario, como Paul Volcker versión 2.0", dijo Wilcox.

(Reporte de Lindsay Dunsmuir; edición de Dan Burns, Matthew Lewis y Susan Fenton; traducción de Flora Gómez)