BRUSELAS, 8 feb (Reuters) -La Comisión Europea suavizará las normas de financiación de las plantas innovadoras de semiconductores, según los planes anunciados el martes, en un momento en que la UE pretende impulsar su industria de chips y reducir su dependencia respecto al suministro estadounidense y asiático.

La Ley Europea de Chips "facilitará 15.000 millones de euros (17.000 millones de dólares) de inversión pública y privada adicional para 2030", dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un comunicado.

"Esto se sumará a los 30.000 millones de euros de inversiones públicas ya previstas procedentes de NextGenerationEU, Horizonte Europa y los presupuestos nacionales. Y estos fondos se complementarán con otras inversiones privadas a largo plazo", dijo, refiriéndose a los proyectos de la UE en curso.

La medida tiene muchas similitudes con la Ley de Chips de Estados Unidos, de 52.000 millones de dólares, cuyo objetivo es aumentar la competitividad frente a China.

Se produce en un momento en que la escasez mundial de chips y los cuellos de botella en la cadena de suministro causan estragos en los fabricantes de automóviles, los proveedores de servicios sanitarios y los operadores de telecomunicaciones, entre otros.

Von der Leyen dijo que el bloque suavizará sus normas sobre ayudas públicas, cuyo objetivo es evitar las subvenciones ilegales e injustas concedidas por los países de la UE a las empresas, para las fábricas de chips innovadoras.

"Estamos, por tanto, adaptando nuestras normas sobre ayudas públicas, bajo estrictas condiciones. Esto permitirá --por primera vez-- el apoyo público a las instalaciones de producción europeas 'primeras en su género' que benefician a toda Europa."

Este tipo de fábricas podrían recibir más financiación pública, según dijo la responsable de asuntos digitales de la UE, Margrethe Vestager, ya que el bloque pretende duplicar su cuota de mercado mundial hasta el 20% en 2030.

"Estas instalaciones no existirían en Europa si no hacemos algo. Puede estar justificado cubrir hasta el 100% del déficit comprobado de financiación con recursos públicos", dijo en una conferencia de prensa.

Los países más pequeños de la UE han expresado su malestar por la flexibilización de las normas, ya que temen una carrera de subvenciones que favorezca a las empresas de los países más grandes, dijo un diplomático de la UE.

El impulso a los chips se produce en un momento en el que los países de la UE pretenden atraer al fabricante de chips estadounidense Intel, que aún no ha anunciado dónde ubicará una megafábrica en Europa, lo que hace temer que se produzca una carrera por las subvenciones.

Intel acogió con satisfacción el impulso de la UE a los chips, e instó a las autoridades de ambos lados del Atlántico a unir fuerzas.

"Actualmente estamos considerando un aumento significativo de nuestra presencia en Europa, y esperamos que la ley de chips de la UE facilite estos planes", dijo la empresa en un comunicado.

La británica Arm Ltd, que nombró un nuevo director general el martes, dijo que saldría a bolsa antes de marzo de 2023, y Masayoshi Son, jefe de la empresa matriz SoftBank, indicó que sería en Estados Unidos, muy probablemente en el Nasdaq.

Estos planes de salida a bolsa llegan en un momento en que SoftBank ha abandonado sus planes de vender Arm al fabricante de chips estadounidense Nvidia Corp, dejando de lado un acuerdo potencialmente valorado en hasta 80.000 millones de dólares debido a los obstáculos regulatorios. GlobalWafers también está buscando un nuevo emplazamiento como parte de un plan de expansión de 3.600 millones de dólares puesto en marcha tras su adquisición fallida de la alemana Siltronic. La Ley Europea de Chips también incluye una serie de mecanismos que permiten a la Comisión exigir a las empresas la entrega de chips importantes durante una crisis. Requerirá la aprobación de los países de la UE y de los legisladores comunitarios antes de convertirse en ley. (1 dólar = 0,8763 euros)

(Información de Sabine Siebold y Foo Yun Chee, información adicional de Supantha Mukherjee en Estocolmo; edición de John Chalmers y Jason Neely; traducido por José Muñoz y Flora Gómez en la redacción de Gdansk)