La actividad de las fábricas chinas se contrajo más lentamente en enero después de que Pekín levantara las duras restricciones de la COVID a finales del año pasado, según mostró una encuesta del sector privado.

La suavización de las presiones sobre los precios de los insumos también ofreció unas primeras señales positivas para Asia, con una ralentización del ritmo de contracción de la producción en Japón y Corea del Sur, según mostraron las encuestas.

Pero existe incertidumbre sobre si Asia podrá capear el golpe de la ralentización de la demanda mundial y de una inflación obstinadamente alta, afirman algunos analistas.

"Lo peor de la recesión asiática ha quedado atrás, pero las perspectivas se ven empañadas por la debilidad de los principales destinos de las exportaciones, como Estados Unidos y Europa", afirmó Toru Nishihama, economista jefe del Instituto de Investigación Dai-ichi Life de Tokio.

"Con la recuperación del COVID-19 en marcha, las economías asiáticas necesitan un nuevo motor de crecimiento. De momento no hay ninguno".

El índice de gestores de compras (PMI) manufacturero Caixin/S&P Global de China subió a 49,2 en enero desde los 49,0 del mes anterior, manteniéndose por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción por sexto mes consecutivo.

Los datos contrastaron con una encuesta oficial del PMI mejor de lo esperado publicada el martes. Pero mientras que el PMI oficial se centra en gran medida en las empresas chinas grandes y de propiedad estatal, la encuesta Caixin se centra en las pequeñas empresas y en las regiones costeras.

El au Jibun Bank PMI de Japón se situó en 48,9 en enero, sin cambios respecto al mes anterior, ya que los fabricantes sintieron el dolor de la débil demanda mundial.

Sin embargo, los retrasos de los proveedores fueron menos frecuentes que en cualquier otro momento desde febrero de 2021, mientras que la inflación de los precios de los insumos y de la producción fue la más lenta de los últimos 16 meses, según mostró la encuesta del PMI japonés.

La actividad fabril de Corea del Sur se contrajo por séptimo mes consecutivo en enero. La lectura fue de 48,5, por encima de los 48,2 de diciembre, pero por debajo del umbral de los 50 puntos.

Aunque los nuevos pedidos en Corea del Sur se contrajeron por séptimo mes consecutivo en enero, el ritmo de descenso fue ligeramente inferior al del mes anterior, según mostró la encuesta.

"Las perspectivas inmediatas para el sector manufacturero surcoreano parecen difíciles", declaró Usamah Bhatti, economista de S&P Global Market Intelligence.

"Dicho esto, las empresas siguen confiando en que las condiciones económicas mundiales mejoren y estimulen la demanda".

La actividad de las fábricas se expandió en enero en Indonesia y Filipinas, pero se contrajo en Malasia y Taiwán, según mostraron las encuestas del PMI.

El Fondo Monetario Internacional elevó ligeramente el martes sus perspectivas de crecimiento mundial para 2023 gracias a una demanda "sorprendentemente resistente" en Estados Unidos y Europa y a la reapertura de la economía china después de que Pekín abandonara sus estrictos controles contra la pandemia.

Pero el FMI dijo que el crecimiento mundial seguiría ralentizándose hasta el 2,9% en 2023 desde el 3,4% de 2022, y advirtió de que el mundo podría entrar fácilmente en recesión.