S&P dijo que los principales riesgos eran que podría amenazar sus esperanzas de asegurar un programa de apoyo con el Fondo Monetario Internacional, aumentar las vulnerabilidades fiscales y perjudicar a los bancos mediante la creación de desajustes monetarios cuando distribuyen los préstamos.

"Los riesgos asociados a la adopción del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador parecen superar sus potenciales beneficios", dijo S&P. "Hay implicaciones negativas inmediatas para (el)

crédito".

Actualmente, S&P califica al país centroamericano con un B- y una perspectiva "estable". Moody's recortó la calificación de El Salvador a Caa1, su equivalente a un escalón por debajo de B-, a finales de julio. También mantuvo la calificación en una advertencia de rebaja.