El panorama económico de Rusia cambió drásticamente después de que Moscú enviara decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero, lo que provocó amplias restricciones occidentales en sus sectores energético y financiero, incluida la congelación parcial de las reservas rusas, y llevó a decenas de empresas a salir del mercado.

Tras las funestas predicciones iniciales de una caída del PIB de dos dígitos, los analistas y funcionarios han ido mejorando gradualmente las previsiones a medida que la economía rusa demuestra una resistencia mejor de la prevista.

La previsión media entre 15 analistas encuestados a principios de diciembre sugería que la economía rusa estaba en camino de contraerse un 3,0% este año, cerca de la previsión del Ministerio de Economía de una caída del 2,9%. Una encuesta similar realizada a principios de noviembre había pronosticado una contracción del 3,5%.

Pero el descenso continuará a un ritmo similar en 2023, y los analistas prevén ahora una caída del 2,5%. Con el tiempo, los economistas han reconocido que es probable que la contracción sea menos repentina, pero más prolongada de lo que se esperaba al principio.

La experiencia de Irán demuestra que las sanciones funcionan de forma gradual, dijo la economista jefe del Banco Alfa, Natalia Orlova, en una conferencia celebrada el viernes en Moscú, y que pueden disparar la actividad económica en los primeros seis meses mientras la economía se ajusta.

"La desaceleración no es tan grande como todos pensábamos al principio, pero esto no significa que podamos entrar en el próximo año tranquilamente", dijo Orlova. "No podemos descartar una contracción más profunda el año que viene, si lo comparamos con 2022, podría ser del 5-6%".

VOLVERÁN LOS RECORTES DE TIPOS

En febrero, el Banco de Rusia subió su tipo clave al 20% desde el 9,5% para mitigar los riesgos para la estabilidad financiera, antes de iniciar una serie de recortes de tipos hasta el nivel actual del 7,5%.

Después de mantener los tipos el 16 de diciembre, el banco seguirá relajando la política monetaria en 2023, según la encuesta, y el tipo clave terminará el próximo año en el 6,75%.

Se espera que el rublo cotice a 74,00 frente al dólar dentro de un año, según el sondeo, frente al tipo de 77,50 previsto por los analistas a principios de noviembre. La tasa oficial del viernes se situó en 61,15 rublos por dólar.

"La historia clave para el rublo ruso en los próximos meses podría ser la puesta en marcha del mecanismo de embargo de petróleo de la UE a partir del 5 de diciembre y la imposición de un techo de precios al petróleo ruso", dijo Mikhail Poddubsky, gestor de activos de MKB Investments.

Pero Poddubsky dijo que aunque espera un descenso moderado de las exportaciones físicas de petróleo, los controles de capital y el fuerte superávit por cuenta corriente de Rusia hacen que el impacto sobre el rublo pueda ser insignificante.

La inflación, una de las principales preocupaciones de los hogares rusos, se acelerará hasta el 12,1%, desde el 8,4% de 2021, según la encuesta. Rusia tiene como objetivo una inflación del 4%.