La cadena de bloques (blockchain) surgió hace más de una década como la tecnología detrás de criptomonedas como el bitcoin. Desde entonces, los inversores han invertido millones de dólares en esta tecnología y en las empresas relacionadas con ella, creyendo que transformará sectores que van desde las finanzas hasta el comercio.

ConsenSys, con sede en Nueva York, es una destacada empresa cuyo director general y fundador, Joe Lubin, también ayudó a fundar la criptomoneda ether.

Entre sus productos se encuentra MetaMask, una aplicación y una extensión del navegador web que permite a los usuarios mantener y gestionar fichas digitales y conectarse con otras aplicaciones basadas en la cadena de bloques. Los usuarios activos mensuales de MetaMask ascienden a 21 millones, lo que supone un aumento de 38 veces respecto al año pasado, según ConsenSys.

Se considera que esta tecnología ocupará un lugar central en la llamada "Web3", una iteración emergente de Internet en la que se utilizan ampliamente las aplicaciones "descentralizadas" basadas en la cadena de bloques y las criptomonedas.

Los partidarios de la Web3 afirman que los individuos tendrán un mayor control sobre los datos y estarán menos en deuda con las grandes tecnologías.

"El monedero MetaMask de ConsenSys y otras herramientas ofrecen una plataforma única para que los consumidores, las empresas y los desarrolladores participen, construyan y creen en la web descentralizada", dijo el director general de Third Point, Daniel Loeb.

Ether, la segunda criptomoneda más grande después de bitcoin, se considera una parte clave de Web3, ya que muchas aplicaciones se construyen en la cadena de bloques de ethereum. Las apuestas sobre el uso generalizado del éter lo llevaron a un máximo histórico de casi 4.870 dólares este mes.

Sin embargo, muchos grandes inversores siguen siendo cautelosos a la hora de invertir directamente debido a la volatilidad de las criptomonedas, y algunos invierten en cambio en infraestructuras relacionadas.

HSBC, el mayor banco de Europa, dijo a principios de este año que no tenía planes de lanzar una mesa de negociación de criptomonedas ni de ofrecer el activo a los clientes, una medida que contrasta con la adopción de la tecnología por parte de rivales como Goldman Sachs.