BRUSELAS, 20 ene (Reuters) - Los precios al consumo de la zona euro subieron a un ritmo récord en diciembre, según confirmó el jueves la oficina de estadística de la Unión Europea, impulsados por el aumento de los precios de la energía y los cuellos de botella en la cadena de suministro mientras la economía se recupera de los confinamientos y restricciones por la pandemia.

La oficina de estadística de la Unión Europea, Eurostat, dijo que los precios al consumo en los 19 países que comparten el euro subieron un 0,4% intermensual en diciembre, para un salto interanual del 5,0%, igual que la estimación inicial publicada el 7 de enero.

La energía fue responsable de 2,46 puntos porcentuales del aumento interanual global, y los servicios, de 1,02 puntos. Los bienes industriales no energéticos sumaron 0,78 puntos y los alimentos, el alcohol y el tabaco, otros 0,71 puntos.

Sin los volátiles precios de la energía y los alimentos, o lo que el Banco Central Europeo denomina inflación subyacente, los precios subieron un 0,4% intermensual y un 2,7% interanual. Una medida aún más estrecha, que también excluye el alcohol y el tabaco, mostró que los precios subieron un 2,6% interanual.

El BCE quiere mantener la inflación general de los consumidores en el 2% a medio plazo, pero ha subestimado sistemáticamente las presiones sobre los precios y ha sido criticado por ello por algunos de sus propios dirigentes.

Con la rápida recuperación de la economía tras los repetidos confinamientos provocados por la pandemia del COVID-19, los precios de la energía se dispararon, cogiendo desprevenido al BCE, que hace unos meses había previsto solo un benigno repunte de la inflación.

Además de la presión al alza, se produjeron cuellos de botella en la cadena de suministro, ya que los hogares, con dinero ahorrado, aumentaron considerablemente el gasto en todo tipo de productos, desde coches nuevos hasta comidas en restaurantes.

La mayoría de estos factores de inflación son temporales, por lo que las presiones sobre los precios deberían ceder con el tiempo. Sin embargo, las opiniones difieren en cuanto a la rapidez con la que bajará la inflación y dónde se asentará una vez que la economía se ajuste a la nueva normalidad.

El BCE considera que la inflación volverá a situarse por debajo del 2% a finales de este año, pero una larga lista de influyentes responsables de política monetaria lo pone en duda, advirtiendo que los riesgos se inclinan hacia cifras más altas y que los valores por encima del objetivo podrían persistir hasta el próximo año.

(Reporte de Jan Strupczewski; edición de Philip Blenkinsop; traducido por Tomás Cobos)