La inflación se aceleró bruscamente en 2023 después de que el presidente Bola Tinubu devaluara la moneda local, el naira, y recortara los subsidios para intentar impulsar el crecimiento económico y apuntalar las finanzas públicas.
Empezó a remitir en julio del año pasado cuando el impacto de la devaluación del naira empezó a desvanecerse, antes de que una serie de subidas del precio de la gasolina volviera a espolear las presiones inflacionistas, agravando la peor crisis del coste de la vida en décadas en la nación más poblada de África.