Mes a mes, los precios al consumo subieron un 6,65%, según el Instituto Turco de Estadística, casi el doble de una previsión de Reuters del 3,8%. Anualmente, se preveía una inflación de los precios al consumo del 53,5%.

La fuerte subida mensual se debió a una serie de subidas de precios de nuevo año, entre ellos los del transporte público, los productos del tabaco y los servicios, así como al aumento de los precios de los alimentos.

Las mayores cadenas de supermercados de Turquía, presionadas por el gobierno, congelaron o redujeron los precios de cientos de productos en enero, pero los responsables del sector afirmaron que sólo pueden hacerlo durante un breve periodo dados los costes. No estaba claro en qué medida las reducciones de precios podían haber afectado a la impresión de la inflación.

La inflación alcanzó un máximo de 24 años del 85,51% en octubre, avivada por una serie de recortes poco ortodoxos de los tipos de interés, buscados por Erdogan, que comenzaron en septiembre de 2021 y provocaron un desplome de la moneda a finales de ese año.

La medida anual de los precios se está suavizando ahora en relación con esa escalada, que incluyó una subida del 11% de diciembre de 2021 a enero de 2022.

Los datos tuvieron poco impacto en la lira, que cotizaba por última vez a 18,818 por dólar. Se ha mantenido prácticamente plana desde el verano debido en gran parte a la gestión estatal.

La encuesta de Reuters también mostró que se esperaba que la inflación terminara este año en el 41%, casi el doble de la tasa del 22% que prevé el banco central, extendiendo las tensiones del coste de la vida que son una de las principales preocupaciones de los votantes antes de la votación presidencial y parlamentaria.

Los economistas esperan que la inflación anual descienda a alrededor del 40% para cuando se celebren las elecciones de mayo, que se prevén reñidas según los sondeos.

El índice de precios a la producción nacional subió un 4,15% intermensual en enero, lo que supone una subida anual del 86,46%, según mostraron también los datos.

A pesar de la escalada de los precios, el banco central ha recortado su tipo de interés oficial del 19% al 9% desde 2021, con el fin de dar la vuelta a los déficits crónicos por cuenta corriente impulsando la inversión con préstamos más baratos. La relajación ha dejado los tipos reales profundamente negativos.

"Puede que la presión inflacionista externa se esté reduciendo, pero el tipo de interés real profundamente negativo de Turquía contrarresta por completo esa ventaja y genera unas perspectivas preocupantes", escribió en una nota Tatha Ghose, analista de Commerzbank.