El caprichoso y divisivo jefe de Tesla, Elon Musk, puede descorchar el champán. Pone satélites en órbita y sueña con explotar Marte a horcajadas sobre la Tierra. ¿Genio? ¿Cerebro informático? ¿Industrialista? Cada uno puede etiquetarlo como quiera, pero el hombre con 66 millones de seguidores en Twitter puede presumir de haber sido seleccionado como "Persona del Año" por la famosa revista Time Magazine. El Sr. Musk habrá dejado su huella en 2021, y no tiene intención de detenerse en 2022, tanto en lo que respecta a imponer su marca como fabricante de automóviles en todo el mundo como a su ambición de conquistar el espacio. Pero para esta segunda ambición, el multimillonario tendrá que lidiar con su compañero americano, el campeón de las entregas.

Jeff Bezos no nos ve por mucho tiempo en la Tierra, pues cree que nuestro hermoso planeta podría convertirse algún día en un destino vacacional como nuestros parques nacionales. Bezos sueña con ciudades espaciales flotantes donde nacerán nuestros hijos. Una utopía humana que llevará nuestros sueños (o pesadillas) "a una galaxia muy, muy lejana..." El multimillonario no indicó si Amazon haría entregas entre las ciudades flotantes. Continuara... 

El jefe de Meta, Mark Zuckerberg, mantiene los pies en el suelo, pero con unos auriculares de realidad virtual. Steven Spielberg tiene que tener cuidado, Ready Player One debe cobrar vida en la "vida real". La promesa de una vida cotidiana en la frontera entre lo real y lo virtual, pero que al menos tiene el mérito de querer dejarnos en nuestro planeta, a diferencia de sus compañeros Musk y Bezos. Una utopía digital que parece lejana. Le dejamos que coloque el cursor entre la angustia y la emoción. Otro jefe de un gigante de la web ha decidido, como Zuckerberg, cambiar el nombre de su empresa.

Jack Dorsey ha decidido cambiar el nombre de su empresa de pagos digitales "Square" por "Block". La criptosfera ha acogido con satisfacción este cambio de marca, que pone de manifiesto el deseo de Dorsey de ser un actor principal en el sector de los activos digitales. El estadounidense es conocido por su interés en las criptomonedas y la tecnología blockchain que las impulsa. Después de subastar su primer tuit como NFT por casi 3 millones de dólares o de aparecer en la audiencia de la Casa de la Desinformación con un reloj de Bitcoin de fondo, el tono estaba marcado. Una revolución tecnológica que no fue vista con buenos ojos por la clase política y económica mundial, que tuvo que lidiar con las pandemias, la inflación y el tapering durante este tiempo. 

La directora del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, junto con sus homólogos de EE.UU. y el Reino Unido, Jerome Powell y Boris Johnson respectivamente, han tenido que apoyar a la economía durante todo el año, ya que una vez más se ve afectada por una ola de coronación a finales de este año. A los ojos de los banqueros centrales, una reducción de los mecanismos de apoyo económico, manteniendo las redes de seguridad en un contexto económico febril, permitirá mantener una economía resistente frente, entre otras cosas, al enemigo público número 2 (detrás de Omicron): la inflación. Jerome Powell volverá a ser, de cara a 2022, observado como la leche al fuego en lo que respecta a la política monetaria aplicada en el país del Tío Sam. 

En Berlín, Angela Merkel cedió su puesto en la cancillería alemana a Olaf Scholz tras 16 años en el poder. La ex canciller ha seguido el camino de los ingleses al no encabezar este año la lista de las mujeres más influyentes del mundo. Boris Johnson no puede afirmar que le vaya mejor... El Primer Ministro británico podría dejar de formar parte de la escena política mundial en breve, ya que vuelve a estar en el centro de un escándalo financiero. "The Guardian" publicó una foto de Boris Johnson bebiendo alcohol en una reunión festiva de unas 15 personas en el jardín de su residencia de Downing Street en plena pandemia de 2020. Un bajo índice de popularidad. Un futuro oscuro para BoJo. Sin embargo, entre los Estados Unidos de Joe Biden y la China de Xi Jinping, tampoco es tan divertido. 

Los derechos humanos, Taiwán, la "injusta" guerra comercial, los Juegos Olímpicos de 2022... Los dos jefes de Estado trataron varios temas durante su charla del mes pasado. Al final, el intercambio no resolvió ninguna de sus diferencias. Si tras la llegada al cargo de Joe Biden en enero, el tono ha cambiado en comparación con el ardor y la animosidad de su predecesor Donald Trump, las relaciones siguen siendo muy tensas entre Washington y Pekín. El expresidente de Estados Unidos, a la espera de las próximas elecciones de 2024, ha decidido dedicarse a su red social "Truth Social", presentada como "una alternativa para resistir la tiranía de los gigantes tecnológicos" al otro lado del Atlántico. Su destierro de Twitter, Meta (Facebook) y Youtube después de que sus partidarios asaltaran el Capitolio el 6 de enero, le llevó a crear su propia red social. Los cimientos de su eventual candidatura a la Casa Blanca quizá se establezcan con esta alternativa.

Por último, el duelo entre los osos y los toros se ha decantado en gran medida a favor de los primeros (bull) este año. Los índices bursátiles han pulverizado en gran medida sus máximos históricos, llevándose consigo ganancias récord para los inversores. El final del año, con el telón de fondo de la variante Omicron y la inflación desbocada, ha sido un poco más nervioso que el resto del año en los mercados. Si damos un paso atrás, podemos ver lo lejos que hemos llegado desde el crack de Covid de 2020. Ahora veremos si los osos vuelven a entrar en el juego en 2022, o si vuelven a ser empujados a la lucha.

Un año lleno de emociones y tensiones en los mercados. Un ambiente que muy probablemente se extenderá hasta 2022. Si esta Última Cena tiene lugar realmente, podemos apostar que no sólo se servirá el champán... Nos vemos el año que viene para una nueva Última Cena.

 

Dibujo de Amandine Victor