15 dic (Reuters) - Si el 2020 fue el año en que la Reserva Federal revisó su estrategia para apoyar la economía de Estados Unidos, el 2021 será aquel en que su nuevo enfoque será puesto a prueba, en caso de que una vacuna contra el coronavirus traiga el impulso que muchos analistas esperan.

En su última reunión de política monetaria del año, esta semana, se espera que el banco central de Estados Unidos mantenga su tipo de interés de referencia cerca de cero y que indique que permanecerá allí durante los próximos años. Muchos analistas también aguardan una nueva señal sobre por cuánto tiempo mantendrá sus enormes compras de bonos.

La política monetaria ultralaxa forma parte de una estrategia de largo plazo que la Reserva Federal adoptó en agosto para ayudarle a navegar en un mundo de tipos de interés persistentemente bajos, lo que limita las opciones del banco central para luchar contra las recesiones y dificulta el logro de su objetivo de una inflación del 2%.

La idea es contrarrestar cualquier carga que presione los precios a la baja, dejando que la economía marche a un ritmo mayor que en el pasado. La Fed ahora planea mantener las tasas cerca de cero hasta que la economía alcance el pleno empleo y la inflación llegue al 2% y esté en camino de superarlo.

El refuerzo de esa audaz promesa esta semana no parecerá fuera de lugar en medio del alarmante aumento de los casos y muertes de COVID-19 en Estados Unidos, que amenaza con detener una reactivación aún insuficiente. El mercado laboral ha recuperado sólo la mitad de los 22 millones de empleos perdidos desde que comenzó la pandemia.

Pero el próximo año, cuando se espera que el despliegue total de las nuevas vacunas contra el coronavirus haga que sea más seguro salir a cenar, viajar y reanudar otras actividades suspendidas durante la crisis, pondrá a prueba el nuevo marco de la Fed.

Se espera que el crecimiento económico se recupere, y con él el empleo, visiones que probablemente se reflejen en las nuevas proyecciones económicas que el miércoles publicará la Reserva Federal cuando concluya su reunión de dos días.

Pero el llamado "diagrama de puntos" de las expectativas de los tipos de interés del banco central, incluido en esas proyecciones, probablemente mostrará que la mayoría de las autoridades todavía ven el precio del dinero en cero hasta 2023.

Eso es consistente con el nuevo marco si la economía no ha logrado una inflación sostenida del 2% para entonces.

Pero Aneta Markowska, economista financiera jefe de Jefferies, dijo que "sería bueno (para la Reserva Federal) demostrar lo que sucede con la función de reacción después de que la inflación alcance el 2%".

"JUGANDO EN EL LARGO PLAZO"

La primera oportunidad podría llegar en la primavera.

Un fuerte aumento de la demanda a medida que las inoculaciones de COVID-19 permitan que se reabra la economía, podría empujar la inflación por encima del objetivo del 2% del banco central, al menos por un tiempo, dice Andrew Hunter, economista senior de Estados Unidos en Capital Economics.

En ese momento, "la Reserva Federal podría tener que tomar medidas un poco más claras para enfatizar en que no van a aumentar los tipos", dijo Hunter.

O, como lo ha explicado el presidente de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, el organismo tendrá que demostrar que está "comprometido a ganar". Qué significa eso exactamente, dependerá de las circunstancias.

Si los tipos de interés de largo plazo en los mercados suben un poco para reflejar las expectativas de un mayor crecimiento, la Reserva Federal probablemente no cambiará de rumbo.

El problema, dijo el economista principal de AllianceBernstein, Eric Winograd, es que "el mercado puede verse tentado a mirar un repunte cíclico (...) y concluir que la Reserva Federal responderá como siempre lo ha hecho, comenzando a endurecer (la política monetaria)".

Si los operadores comienzan a internalizar por anticipado tipos de interés más altos, la Reserva Federal tendría que reaccionar, ya sea corrigiendo verbalmente la percepción errónea del mercado o, si fuera necesario, ajustando su programa de compra de bonos para reducir aún más los costes de los préstamos a largo plazo mediante la compra de valores con vencimientos más largos.

Si la Fed emite nuevas directrices sobre su programa de compra de activos esta semana, puede que tenga que dejar la puerta abierta para hacer exactamente eso, en parte como un seguro contra cualquier reacción exagerada del mercado a una mejora de las perspectivas económicas el próximo año.

"La Reserva Federal está jugando a largo plazo", dijo Winograd.

(Información de Ann Saphir, Editado en español por Javier López de Lérida)