BERLÍN, 5 nov (Reuters) - El canciller alemán, Olaf Scholz, muy criticado por su viaje a Pekín esta semana, dijo el sábado que la declaración conjunta suya y del presidente chino, Xi Jinping, en la que se oponían al uso de armas nucleares en Ucrania, fue motivo suficiente para la visita.

Los comentarios de Scholz se produjeron un día después de su visita a la segunda mayor economía del mundo junto a los presidentes de empresas alemanas, la primera de un líder del G7 desde la pandemia del COVID-19.

"Gracias a que el gobierno chino, el presidente y yo pudimos declarar que no se deben usar armas nucleares en esta guerra, sólo eso hizo que todo el viaje valiera la pena", dijo Scholz durante un acto de su partido socialdemócrata.

Xi, que se aseguró un tercer mandato hace dos semanas, coincidió en que ambos líderes "se oponen conjuntamente al uso o la amenaza de uso de armas nucleares" en Ucrania, pero se abstuvo de criticar a Rusia o de pedir a Moscú que retire sus tropas.

Scholz, que ha sido criticado por parecer continuar con una estrategia que expone excesivamente la economía alemana a China, su socio comercial más importante, dijo que la diversificación era clave para limitar las posibles repercusiones en caso de que la relación se agriete.

"Tenemos un plan claro y lo estamos siguiendo. Y eso significa diversificar con todos los países con los que comerciamos, especialmente, por supuesto, con un país tan grande y que tiene una parte tan grande de la economía mundial", dijo Scholz.

"Continuaremos el intercambio económico con China (...) Pero también está claro que vamos a posicionarnos para poder hacer frente a una situación en cualquier momento en la que haya dificultades, ya sea dentro de 10 años o de 30".

"DIVERSIFIQUEN AHORA"

Durante su viaje, Scholz dijo a los líderes empresariales, entre los que se encontraban los presidentes ejecutivos de Deutsche Bank, Volkswagen, BASF, Siemens, BMW, Merck y BioNTech, que no dejen de lado la diversificación, según una fuente de la delegación.

En la reunión a puerta cerrada, dijo que se necesitarían entre 10 y 15 años para eliminar completamente el riesgo.

Otra fuente gubernamental dijo que la impresión era que el mensaje había calado y que las empresas estaban diversificando mientras desarrollaban sus vínculos con China.

Esto es especialmente importante para los fabricantes de automóviles alemanes que operan en China, el primer mercado del mundo, entre ellos Volkswagen, que ha sido criticado en repetidas ocasiones por su planta en la región de Sinkiang debido a las denuncias de violaciones de los derechos humanos en esa zona.

Los materiales de las baterías, necesarios para los paquetes que alimentan los vehículos eléctricos, también están en el punto de mira. Los fabricantes de automóviles alemanes dependen de China para el litio, el níquel y el cobalto, mientras que Europa ha puesto en marcha programas para construir su propio suministro, pero aún no lo ha conseguido.

La relación comercial de Alemania con China se ha visto sometida a un mayor escrutinio desde febrero, cuando Rusia invadió Ucrania, lo que supuso el fin de una relación energética de una década con Moscú y provocó que numerosas empresas abandonaran sus negocios locales.

Esto ha alimentado la preocupación por las posibles consecuencias para la economía alemana en caso de que China invada Taiwán.

"Empiecen ahora, no lo dejen en segundo plano. Háganlo ahora", dijo Scholz en un acto del partido en comentarios que parecían dirigidos a los líderes empresariales en relación con la diversificación.

(Reporte de Andreas Rinke; reporte adicional de Christoph Steitz; Editado en Español por Ricardo Figueroa)