Muchas gasolineras cerraron la semana pasada, según los medios de comunicación, obligando a los consumidores a hacer cola durante horas para abastecerse de combustible. Laos depende de las importaciones de la vecina Tailandia para la mayor parte de su petróleo.

La empresa tailandesa de petróleo y gas PTT Oil and Retail Business Pcl, que opera 53 gasolineras en Laos, dijo que planea distribuir el combustible como de costumbre, pero que puede haber "lagunas".

"En algunos casos en los que hay muchos clientes, puede haber algunos huecos, pero intentaremos gestionar la situación", dijo Songpon Thepnumsommanus, un alto cargo de marketing. No dio más detalles.

Con una población de poco más de 7 millones de personas, Laos, sin salida al mar, es uno de los países más pobres de la región y tiene como objetivo un crecimiento económico anual del 4% hasta 2025.

El debilitamiento de la moneda kip, la elevada inflación y la inestabilidad del mercado mundial del petróleo dificultan que los importadores de combustible puedan satisfacer la demanda del público, según informó la semana pasada el diario Vientiane Times.

"Es difícil encontrar gasolineras que estén abiertas", dijo el lunes Kham Goodman, un residente de la capital, Vientiane, tras publicar vídeos en las redes sociales en los que se ve a la gente esperando para llenar botellas de agua de plástico con combustible.

El gobierno laosiano minimizó el viernes la situación, diciendo que "no era una crisis tan grande", pero celebró una reunión de emergencia y pidió a la población que no entrara en pánico.

"Les aseguro que mi empresa y la Asociación de Gas y Combustible de Laos proporcionarán suficientes suministros de combustible, no habrá escasez", dijo Chanthone Sitthixay, presidente de la empresa pública Petroleum Trading Lao, en un discurso público.