En las últimas dos semanas, al menos seis de estas empresas han informado de un salto vertiginoso en sus ganancias.

Shanghai Labway informó de un aumento interanual del 241% en sus beneficios netos entre enero y septiembre, hasta 604 millones de yuanes (82,70 millones de dólares), mientras que Guangdong Hybribio registró un aumento del 130% en ese mismo periodo, hasta 1.490 millones de yuanes, según las declaraciones bursátiles.

Dian Diagnostics, Daan Gene y Pony Testing registraron un aumento de más del 90% en sus beneficios interanuales entre enero y septiembre, mientras que Guangzhou Kingmed experimentó un crecimiento de los beneficios del 46%.

Aunque China consiguió mantener la transmisión del virus a nivel nacional en un nivel extremadamente bajo en 2020 y 2021 gracias a medidas como los estrictos controles fronterizos, los brotes y los cierres se han hecho más frecuentes este año debido a la mayor transmisibilidad del Omicron, lo que ha alimentado la demanda de pruebas.

Es habitual que los residentes de las zonas urbanas de China se hagan una prueba gratuita de COVID-19 cada dos o tres días. Los gobiernos locales pagan la factura, pasando al sector privado la tarea de administrar y procesar cientos de millones de pruebas a diario.

China defiende su política de "cero COVID" como crucial para salvar vidas y evitar que su sistema sanitario se vea sobrepasado. Muestra pocos indicios de dar marcha atrás, incluso cuando el peaje económico aumenta y el resto del mundo ha superado en gran medida la pandemia.

Los gobiernos locales, siguiendo las directrices de Pekín, han ampliado este año la capacidad de realización de pruebas y han aumentado el número de hospitales improvisados especialmente diseñados para recibir a los pacientes que den positivo en la prueba del COVID-19.

(1 dólar = 7,3033 yuanes chinos renminbi)