Tras más de una década de política monetaria ultralaxa, las condiciones de financiación se están endureciendo, la inflación está aumentando y la economía mundial parece dispuesta a caer en su primera recesión desde 2009.

"El aumento de los tipos de interés hará que se deterioren las condiciones de financiación y debilitará la liquidez y la calidad del crédito", dijo Moody's. Esto podría obligar a muchas empresas a centrarse en la conservación de la liquidez, reduciendo los beneficios para los accionistas y las fusiones y adquisiciones financiadas con deuda.

La agencia también señaló la debilidad del sentimiento de los consumidores y el menor poder adquisitivo de los hogares, que afectarán a la demanda en 2023 en la mayoría de los sectores impulsados por el consumo y en algunos segmentos industriales como el químico, la construcción y el automóvil.

"Los sectores que dependen de la demanda discrecional serán los más afectados", señaló Moody's. Sin embargo, espera que las telecomunicaciones y el juego sean resistentes y que las aerolíneas sigan recuperándose de la pandemia.

"El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue siendo un riesgo geopolítico clave", añadió, ya que el recorte de las exportaciones de gas por parte de Moscú en represalia por las sanciones occidentales ha dejado a Europa y a otras regiones luchando por tapar la brecha energética.

Aunque las restricciones del suministro se aliviarán, la escasez de energía seguirá reduciendo los márgenes, dijo la agencia, pero los altos precios de la energía apoyarán los ratios de crédito de las empresas de petróleo y gas.

Destacó la posibilidad de que aumente la inflación salarial, que sufrirán de forma desproporcionada algunas empresas, como las del comercio minorista, la hostelería y el ocio, lo que alimentará las tensiones en las relaciones laborales.

Los planes de las empresas europeas de aumentar los salarios y pagar bonificaciones extraordinarias han provocado la preocupación de los inversores después de que los costes de las empresas de la zona euro aumentaran un 43,3% en el año hasta agosto, según la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat.

Moody's pronostica un crecimiento real del producto interior bruto para las economías del G20 del 1,3% el próximo año, por debajo del 2,5% estimado para 2022.