HONG KONG, 28 nov (Reuters) - Las protestas contra la estricta política china de "cero contagios" frente al COVID-19 y las restricciones a las libertades se han extendido a al menos una docena de ciudades de todo el mundo en una muestra de solidaridad con las inusitadas manifestaciones en China durante el fin de semana.

Se han celebrado vigilias y protestas a pequeña escala en ciudades de Europa, Asia y Norteamérica, como Londres, París, Tokio y Sídney, según un recuento de Reuters, organizadas por disidentes y estudiantes expatriados.

A la mayoría de las protestas asistieron decenas de personas y a algunas de ellas acudieron más de 100, según estimaciones.

Las concentraciones son un ejemplo poco frecuente de la unión de los chinos en el país y en el extranjero.

Las protestas en la China continental fueron provocadas por un incendio mortal en la región china de Xinjiang la semana pasada, en el que murieron 10 personas que quedaron atrapadas en sus apartamentos, en un desastre atribuido en parte a las medidas de confinamiento. Las autoridades municipales lo negaron.

Desde que el presidente Xi Jinping asumió el poder hace una década, las autoridades han tomado medidas drásticas contra la disidencia, endureciendo los controles sobre la sociedad civil, los medios de comunicación e internet.

Pero la estricta política destinada a acabar con el COVID-19 con encierros y cuarentenas se ha convertido en un pararrayos de frustraciones.

La política ha mantenido la mortalidad en China mucho más baja que en muchos otros países, pero ha tenido el coste de largos períodos de confinamiento en casa para muchos millones de personas y el daño a la segunda economía más grande del mundo.

No obstante, las autoridades chinas afirman que debe mantenerse para salvar vidas, especialmente entre los ancianos, dadas sus bajas tasas de vacunación.

Algunos manifestantes en el extranjero dijeron que les tocaba asumir parte de la carga que habían soportado sus amigos y familiares.

"Es lo que debería hacer. Cuando vi a tantos ciudadanos y estudiantes chinos salir a la calle, mi sensación es que ellos han cargado con mucho más que nosotros", dijo la estudiante de posgrado Chiang Seeta, una de las organizadoras de una manifestación en París el domingo que atrajo a unas 200 personas.

"Ahora les mostramos nuestro apoyo desde el extranjero", dijo Chiang.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo el lunes en una rueda de prensa periódica que China no tenía conocimiento de ninguna protesta en el extranjero en la que se pidiera el fin de la política de "cero contagios".

Medios estatales y portavoces del Gobierno no han hecho ningún comentario oficial sobre las protestas en China.

CULPA

En los últimos años ha sido habitual que los estudiantes chinos en el extranjero se manifiesten en apoyo de su Gobierno contra sus críticos, pero las protestas antigubernamentales han sido poco frecuentes.

En el exterior del Centro Pompidou de París, algunos manifestantes llevaron flores y encendieron velas por los fallecidos en el incendio de Xinjiang.

Algunos culparon al presidente Xi Jinping y al Partido Comunista y exigieron su destitución.

Los cuestionamientos hacia Xi se han hecho cada vez más públicos después de que el mes pasado un disidente colgara una pancarta en un puente de Pekín antes de un Congreso del Partido Comunista, criticando a Xi por aferrarse al poder y por la política de "cero contagios".

Unas 90 personas se reunieron el domingo en Shinjuku, una de las estaciones de tren más concurridas de Tokio, entre las que se encontraba un estudiante universitario de Pekín que dijo que cualquier protesta en China contra las normas del COVID-19 centraría inevitablemente la culpa en el Partido Comunista.

"En el fondo es el sistema de China", dijo el estudiante, que pidió ser identificado sólo como Emmanuel.

Pero algunos manifestantes se mostraron incómodos con consignas más beligerantes.

Una organizadora de una protesta prevista para más tarde el lunes en la Universidad de Columbia en Nueva York, que pidió ser identificada como Shawn, dijo que se mantendría alejada de temas delicados como los llamamientos a la independencia de Taiwán y el internamiento masivo de uigures en Xinjiang por parte de China.

"Hemos hablado con algunos activistas de Taiwán y Xinjiang. (...) Hemos acordado abstenernos de hacerlo", dijo Shawn desde la ciudad china de Fuzhou.

"Sabemos que eso puede alejar a mucha gente".

(Información de Jessie Pang; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)