El país del sur de África ha depositado sus esperanzas en el sector minero para impulsar su recuperación económica tras años de declive achacado a la confiscación forzosa por parte del gobierno de las granjas propiedad de los blancos en el año 2000 y al gasto excesivo que alimentó la hiperinflación.

Un informe industrial publicado por la Cámara de Minas de Zimbabue, que representa a las principales empresas mineras del país, afirma que el sector experimentará un crecimiento más lento del 7% el próximo año, frente al 8% previsto para este año.

"Las perspectivas de crecimiento de la producción minera para 2023 son en general inferiores a las registradas en 2022. Los principales riesgos para las perspectivas para 2023 incluyen la fragilidad del suministro de energía, los altos costes, la escasez de divisas, un marco fiscal inestable y la escasez de capital", dice el informe.

Se prevé que los costes de la minería aumenten un 15% en 2023, siendo la energía el principal motor, según el informe. Los mineros de Zimbabue sufren a menudo cortes de energía debido a las frecuentes averías de las antiguas plantas de generación del país.

La compañía eléctrica estatal de Zimbabue obtiene parte de la electricidad de los países vecinos para cubrir el déficit y ahora factura a los mineros en moneda extranjera para financiar las importaciones de energía, una medida que, según las empresas mineras, ha aumentado los costes de explotación.

Zimbabue cuenta con importantes reservas de metales del grupo del platino, oro, cromo, carbón, diamantes y litio, y su sector minero aporta alrededor del 11% del producto interior bruto del país y más del 60% de sus ingresos por exportación.

Entre las empresas extranjeras que operan en Zimbabue se encuentran Anglo American Platinum, Impala Platinum, Sibanye Stillwater, Alrosa, Zhejiang Huayou Cobalt y Caledonia Corporation.