BERLÍN, 21 feb (Reuters) -Los precios de producción alemanes subieron en enero a su ritmo más rápido desde que se iniciaron los registros modernos, disparándose un 25% y prolongando una racha de fuertes subidas que probablemente mantendrá a las empresas bajo presión financiera y hará que la inflación de los consumidores siga siendo elevada.

El lunes, la Oficina Federal de Estadística mostró que la mayor parte de la subida se debió a la espiral de los costes de la energía, que, según la asociación industrial BDI, amenazan con frenar la economía. El banco central del país dijo que la actividad probablemente se esté contrayendo debido al aumento de las bajas laborales provocadas por el coronavirus.

El aumento de los costes de las fábricas, considerado un indicador avanzado de los precios al consumo, fue el mayor desde 1949, cuando se fundaron Alemania Occidental y Oriental y comenzó el registro de datos económicos del país en la posguerra.

Los analistas encuestados por Reuters esperaban que se repitiera la cifra de diciembre, del 24,2%. En octubre y noviembre se registraron fuertes aumentos del 18,4% y el 19,2%, respectivamente.

Esta sucesión de subidas en la medida de los precios al productor, que se toma antes de que los productos se sigan procesando o salgan a la venta, sugiere que "la presión en el proceso de inflación sigue siendo alta", dijo el economista de Commerzbank Ralph Solveen.

"Esperamos que la tasa de inflación (del consumidor) en Alemania ronde el 5% en otoño", añadió, lo que supone un punto porcentual más que la previsión media del instituto económico Ifo para 2022.

El analista de LBBW, Jens-Oliver Niklasch, coincidió en que "es probable que los minoristas trasladen al menos parte de esta presión (de los precios de producción) a los consumidores finales".

Por otra parte, el Bundesbank advirtió de las presiones paralelas sobre la actividad económica derivadas del COVID-19, afirmando que una nueva oleada de infecciones que impedían a muchos ir a trabajar probablemente provocaría una contracción del producto interior bruto por segundo trimestre consecutivo entre enero y marzo.

"A diferencia de las oleadas anteriores... no es sólo la actividad en el sector de los servicios la que probablemente se vea afectada por las medidas de contención y los cambios de comportamiento", escribió el banco central alemán en un informe mensual, al tiempo que preveía un repunte en la primavera.

"Por el contrario, es probable que el absentismo laboral relacionado con la pandemia frene notablemente la actividad económica también en otros sectores".

DILEMA DEL BCE

El patrón económico de la mayor economía de la zona del euro se está reproduciendo en otras partes del bloque de la moneda única, lo que complica la tarea del Banco Central Europeo de diseñar una transición suave hacia su objetivo de inflación al consumo del 2% en un momento de presiones de precios elevadas pero volátiles y obstáculos para el crecimiento.

Este mes, el BCE ha abierto la puerta a una subida de los tipos de interés en 2022 y está previsto que decida en marzo la rapidez con la que reducirá el plan de compra de bonos que constituye el núcleo de su programa de estímulo monetario.

Ha argumentado que las tendencias de la inflación a largo plazo siguen estando sesgadas al alza por factores transitorios, especialmente los costes de la energía, que según la oficina de estadística aumentaron un 66,7% interanual en Alemania en enero.

La BDI afirmó el lunes que estos costes, que no muestran signos de disminuir, amenazan con paralizar la economía y pidió la intervención del Gobierno para garantizar que las empresas alemanas sigan siendo competitivas a nivel mundial.

En una encuesta realizada a más de 400 empresas, casi dos tercios afirmaron que el aumento de los costes de la energía suponía un fuerte desafío, mientras que casi una cuarta parte dijo que amenazaba su existencia, dijo.

Sin tener en cuenta los costes energéticos, los precios de producción alemanes aumentaron un 12% en enero.

(Reporte de Miranda Murray; redacción de John Stonestreet; edición de Zuzanna Szymanska, John Stonestreet y Miranda Murray; traducción de Flora Gómez)