Los futuros del Brent ganaban 30 centavos, o un 0,3%, hasta los 87,66 dólares por barril a las 0113 GMT, mientras que el crudo estadounidense subía 21 centavos hasta los 81,22 dólares por barril, un 0,3% más.

Ambas referencias habían ganado más de un 1% el jueves. El Brent iba camino de registrar su segunda subida semanal si se mantenían las ganancias.

La mejora de los datos sobre el producto interior bruto y la inflación en Estados Unidos hizo albergar esperanzas de que la Reserva Federal estadounidense pudiera ralentizar su ritmo de subidas de los tipos de interés, lo que reduciría el temor a un recorte de la actividad económica y, en consecuencia, de la demanda de petróleo.

Mientras tanto, los casos de COVID-19 en estado crítico en China han descendido un 72% desde el máximo alcanzado a principios de este mes, mientras que las muertes diarias entre los pacientes de COVID-19 en los hospitales han descendido un 79% desde su máximo, según declaró el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades a principios de esta semana. Las cifras apuntan a la normalización de la economía china, impulsando así las expectativas de una recuperación de la demanda de petróleo.

Los precios del crudo también se vieron respaldados por la fuerte demanda de combustible para aviones y gasóleo, ya que los suministros siguen siendo escasos. Además, la Comisión Europea propone que la Unión Europea fije un tope de 100 dólares por barril para los productos petrolíferos rusos de primera calidad, como el gasóleo, y de 45 dólares por barril para los productos rebajados, como el fuelóleo, según informaron el jueves funcionarios de la UE.

Sin embargo, las ganancias, sobre todo en el crudo estadounidense, se vieron limitadas por una acumulación de 4,2 millones de barriles en las existencias de Cushing, el centro de fijación de precios de los futuros del petróleo NYMEX, a principios de esta semana.